MADRID, 26 Abr. (EUROPA PRESS) -
El Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) lamenta que cada año mueren 1,5 millones de niños por enfermedades que podrían evitarse mediante la vacunación, a pesar de que este organismo llega ya a casi la mitad de los menores de cinco años de todo el mundo.
Según las últimas cifras publicadas, en 2016 este organismo adquirió 2.500 millones de dosis de vacunas para los niños en cerca de 100 países, lo que les convierte en el mayor comprador de vacunas para niños del mundo.
Nigeria, Pakistán y Afganistán, los tres países donde la polio es aún endémica, recibieron más dosis de vacunas que cualquier otro país, con casi 450 millones adquiridas para Nigeria, 395 millones para Pakistán y más de 150 millones para Afganistán.
Un acceso a la inmunización que ha propiciado una "drástica" disminución de las muertes de niños menores de cinco años por enfermedades que se pueden prevenir con vacunas, situando al mundo cada vez más cerca de erradicar la poliomielitis.
Entre 2000 y 2015, la cifra de niños menores de cinco años fallecidos a causa del sarampión y del tétanos neonatal se redujo en un 85 y 83 por ciento, respectivamente. También se atribuye a las vacunas la caída en un 47 por ciento de las muertes por neumonía y en un 57 por ciento de las muertes por diarrea.
Frente a estos avances, UNICEF calcula que 19,4 millones de niños del mundo todavía no reciben todas las vacunas cada año, y alrededor de dos tercios de estos menores viven en países afectados por conflictos.
Unos sistemas de salud débiles, la pobreza y las desigualdades sociales también contribuyen a que a uno de cada cinco niños menores de cinco años todavía no le lleguen las vacunas que pueden salvar su vida.
"Todos los niños, sin importar dónde vivan o cuáles sean sus circunstancias, tienen derecho a sobrevivir y desarrollarse a salvo de enfermedades mortales", ha señalado el doctor Robin Nandy, responsable de Inmunización de UNICEF.
DESIGUALDADES ENTRE RICOS Y POBRES
Además, este experto lamenta que las desigualdades persisten entre los niños ricos y los pobres. En los países que concentran el 80 por ciento de las muertes infantiles del mundo, más de la mitad de los niños más pobres no han recibido las vacunas necesarias. Y a nivel global, los niños más pobres tienen casi el doble de probabilidades de morir antes de los cinco años que los más ricos.
"Además de los niños que viven en comunidades rurales donde el acceso a los servicios es limitado, cada vez más niños de ciudades superpobladas y barriadas pobres se están quedando sin vacunas esenciales", añadió Nandy.
El hacinamiento, la pobreza, la falta de higiene y saneamiento, así como una nutrición y una atención sanitaria inadecuadas, aumentan el riesgo de sufrir enfermedades como la neumonía, la diarrea y el sarampión, enfermedades todas ellas fácilmente prevenibles con vacunas".
Se estima que para el año 2030 una de cada cuatro personas vivirá en comunidades urbanas pobres, principalmente de África y Asia, por lo que reclaman que el enfoque y la inversión de los servicios de inmunización se adapte a las necesidades específicas de estas comunidades y niños.