MADRID, 31 May. (EUROPA PRESS) -
Aproximadamente un 15 por ciento de los varones ancianos y un 30 de las mujeres padecen incontinencia, según ha señalado el doctor Juan Macías, presidente de la Sociedad Española de Medicina Geriátrica (SEMEG), quien destaca que no es una enfermedad directamente relacionada con la edad.
Por tanto, el envejecimiento no es, por sí mismo, causa de incontinencia urinaria. Sin embargo, algunos cambios asociados con la edad y la mayor prevalencia de determinadas enfermedades predisponen al desarrollo de la incontinencia urinaria, caracteriza por la pérdida incontrolable de orina que puede realizarse en cantidades variables durante el día o la noche.
"Este trastorno ocurre tanto en hombre como en mujeres. Sin embargo, debido en parte a las tensiones físicas de la maternidad y a una disminución del estrógeno después de la menopausia, las mujeres sufren incontinencia con el doble de frecuencia que los hombres", comenta Macías.
En el caso de los hombres, la incontinencia de urgencia es la más frecuente y está caracterizada por la pérdida involuntaria de orina asociada con un intenso deseo de orinar. En este tipo subyace la hiperactividad del músculo detrusor1, condición que suele deberse a alteraciones neurológicas o vesicales, fases iniciales de obstrucción o factores idiopáticos.
Entre las mujeres, la más común es la incontinencia de esfuerzo. Se trata de pérdidas involuntarias de orina que se producen durante el ejercicio físico y ocurren cuando la presión intravesical supera a la presión uretral. Está asociada con la debilidad del suelo pélvico y se produce fundamentalmente durante el día.
La vergüenza, la pérdida de autoestima y considerar la incontinencia como un hecho inevitable del envejecimiento son los factores más frecuentemente asociados a la ocultación del problema, de hecho se estima que solo 1 de cada 3 afectados consulta sobre este tema al médico.
En palabras del geriatra, "no hablar con el médico sobre las pérdidas de orina cuando empiezan a ocurrir es un error, ya que en el 30-40% de los casos el tratamiento precoz recupera la continencia y en más de la mitad la mejoría que puede llegar a alcanzarse es notable".
Existen medidas higiénico-dietéticas básicas que facilitan el manejo de la incontinencia en ancianos, así destaca que "se debe intentar ayudar al anciano a establecer un horario regular de micciones que no supere las 3 horas"; "hay que controlar que el paciente pueda acceder rápidamente al baño desde su cama, que la ropa de dormir pueda quitarse con facilidad y que el baño disponga de elementos de seguridad y de timbre", apunta.
En cuanto a la distribución de líquidos diarios, debe ser ordenada por el médico y variar en verano e invierno de acuerdo con las condiciones climáticas. "Un buen aporte durante la mañana y primeras horas de la tarde, acompañado de una disminución acentuada durante la noche, permite controlar mejor la incontinencia nocturna, por ejemplo", añade el presidente de SEMEG.