Un 60% de cree que el periodismo busca la verdad
MADRID, 23 Ene. (EUROPA PRESS) -
El 75 por ciento de los españoles considera que debe existir un control externo para garantizar la calidad del periodismo especializado en salud, una "preocupación compartida" por los ciudadanos independientemente de la edad, el sexo o la clase social, según se desprende de un estudio realizado por la Universidad Carlos III de Madrid (UC3M).
"El problema es que esta petición de control externo que demandan las personas contrasta con la libertad de expresión y con el derecho a la información -recogido en el artículo 20 de la Constitución Española- que prohíbe cualquier acto de censura en la actividad periodística", ha explicado Carlos Maciá-Barber, miembro del departamento de Comunicación de la UC3M y autor del estudio.
El investigador también ha comentado que existen otras soluciones intermedias basadas en la corregulación, en la que existan órganos de supervisión integrados por periodistas --asociaciones y sindicatos-- y expertos --juristas, sociólogos, representantes institucionales y ciudadanos--, lo que podría "mitigar" las reservas de parte de la sociedad hacia los medios de comunicación, especialmente en temas sensibles como la salud.
"Está claro que si los periodistas quieren evitar injerencias externas, deben extremar la autorregulación y contar la verdad con honestidad y rigor profesional, puesto que en un contexto de postpandemia, garantizar la veracidad informativa es fundamental para proteger no solo el derecho a la información, sino también el derecho a la salud, dos pilares esenciales en una sociedad democrática", ha añadido Maciá-Barber.
El estudio también muestra que tan solo el 60 por ciento de los encuestados consideran que el periodismo tiene como objetivo la búsqueda de la verdad, aunque son los adultos quienes se sienten más confiados al respecto.
"Esto ocurre porque el consumo de medios de comunicación es mucho más elevado entre la población adulta que, por lo general, posee una formación relativamente alta y se siente capaz de discernir dónde está la verdad y dónde está la mentira", ha explicado el investigador.
La "autopercepción de fortaleza" frente a la desinformación hace que los adultos verifiquen menos las noticias que les llegan a través de los medios o las redes sociales, mientras que los jóvenes son más conscientes de su "vulnerabilidad", razón por la que intentan asegurarse más sobre si la información que reciben es verídica.
"Esta escasa disposición de bastantes adultos a contrastar los mensajes que reciben, especialmente en temas de salud, puede suponer un riesgo muy grande. Por lo tanto, hay que evitar recurrir al doctor Google y a la enfermera Wikipedia. Los bulos en redes sociales pueden costarnos la vida", ha concluido Maciá-Barber.
Cabe destacar que el estudio ha estado motivado por la desinformación que amenazó la cobertura mediática en España durante la pandemia de Covid-19, que fue percibida como una "grave amenaza" por la población, lo que se convirtió en un "desafío ético crucial" para la información sanitaria.
La búsqueda de la verdad en este periodo no fue seguido de forma unánime por la ciudadanía, y es que un 9,2 por ciento ha señalado como fuentes a familiares y amigos a los que seguían a través de las redes sociales; mientras que un 4,8 por ciento ha señalado otras fuentes alternativas, como programas emitidos en televisión o por Internet, vinculadas a una propuesta relacionada con las teorías de la conspiración.
Este perfil se centra en un grupo de edad de entre 25 a 44 años, de tendencia ideológica hacia la derecha y reacios a vacunarse en mayor medida que la media; además, considera la desinformación un problema grave, tiene una alta percepción de su capacidad personal para descifrar manipulaciones, su proactividad a la hora de contrastar la información es "baja" y apoya un mayor control y supervisión externa del trabajo periodístico.
A pesar de que el sentimiento predominante de la población es el de aplaudir la calidad de la cobertura sanitaria en esta época (44,4 por ciento), la mayoría ha mostrado diferentes grados de insatisfacción.
El estudio, basado en 1.800 entrevistas en línea a escala nacional y publicado recientemente en la revista científica 'Frontiers in Communication', refleja la necesidad de aprender a combatir la desinformación y las noticias falsas desde edades tempranas, puesto que la percepción que las personas tienen sobre la manipulación informativa varía en función de la edad.