Promoverá que los patrones adictivos se incluyan en directivas europeas por el "elevado impacto" en el derecho a la protección de datos
SANTANDER, 10 Jul. (EUROPA PRESS) -
La presidenta de la Agencia Española de Protección de Datos (AEPD), Mar España, ha alertado del consumo digital por parte de menores, que es "lo que más está dañando ahora mismo su salud", y supone además "el problema de convivencia más grave" para una familia, al margen de cuestiones socioeconómicas o de otro tipo.
"Esta generación está teniendo unos daños que son irreversibles en salud física y mental", ha señalado, para poner como ejemplo problemas de miopía en los niños -que han pasado de ser genéticos a presentarse en menores de cuatro años "con signos de autismo" y "simplemente porque están empantallados"- o de comportamiento que están afectando a su salud mental, con depresión, ansiedad o suicidio, a lo que se suma que el coeficiente intelectual está bajando por "primera vez desde la Segunda Guerra Mundial".
Así lo ha advertido Mar España este miércoles en Santander, tras su intervención en el curso 'Nuevos retos para la protección de los derechos de las personas ante el impacto de Internet', organizado dentro de la programación académica de verano de la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP) y en el que se ha dado a conocer un informe de la AEPD sobre patrones adictivos en diferentes plataformas, aplicaciones y servicios de Internet, para pasar más tiempo en ellos y aportar datos personales y de redes sociales.
Durante la presentación del estudio y en un posterior encuentro con los periodistas, Mar España ha anunciado que la agencia va a promover que Europa incluya esos patrones adictivos y engañosos -el scroll infinito o notificaciones para recomendar contenidos, presentes también en plataformas de vídeos y música o de juego- en las directrices que se están preparando sobre la interrelación entre el Reglamento General de Protección de Datos y el de Servicios Digitales.
Este último reglamento, el DSA por sus siglas en inglés, establece en uno de sus artículos que las plataformas online no diseñarán, organizarán ni gestionarán sus interfaces de manera que "engañen o manipulen" a los usuarios, o de forma que "distorsionen u obstaculicen" su capacidad de tomar decisiones libres e informadas.
Y según el Reglamento General de Protección de Datos, los patrones adictivos utilizados por la industria "no están cumpliendo" los principios de limitación, minimización o finalidad, a lo que se suma la gravedad de su uso por parte de menores, que son más vulnerables y están en pleno neurodesarrollo cerebral.
La Agencia Española ha justificado su acción en Bruselas por el "elevado impacto" que estas prácticas poseen sobre el derecho a la protección de datos en los entornos digitales y los riegos y consecuencias sobre los usuarios, especialmente de niños y jóvenes.
PACTO DE ESTADO Y SOCIAL Y LLAMAMIENTO A LAS CCAA
"Nos estamos jugando la salud de las personas adultas, pero si hablamos de los menores, nos estamos jugando sus patrones de comportamiento para toda la vida y eso es algo donde tenemos que decir basta", ha sentenciado la máxima responsable de la Agencia Española, que ha vuelto a pedir un Pacto de Estado en torno a este tema porque, como ha insistido, "nos estamos jugando la salud física, emocional y mental de toda la población, pero especialmente de la gente joven".
Y también ha pedido un pacto social para que las familias se pongan de acuerdo y los teléfonos móviles de los niños solo puedan recibir llamadas y mensajes, y no un uso "ilimitado, con barra libre de datos, sin ningún tipo de filtro de contenidos" y se les deje dormir además con él en la habitación.
"Es como si le dieras una caja de botellas de vino, tienes barra libre, consume las que quieras y cuando se acaben las volvemos a renovar porque la bodega me da tarifa plana", ha comparado España. "Ninguna familia le da a un bebé o a un niño de ocho años una botella de whisky, un paquete de tabaco o marihuana, porque sabe que eso afecta su salud. Pero se le está dando el móvil para que no moleste en el viaje, para que no moleste en el restaurante o pensando que estimula su desarrollo cerebral. Y es falso", ha sentenciado.
La presidenta de la AEPD también ha hecho un llamamiento a todas las comunidades autónomas pues solo una contempla en la actualidad el tratamiento de adicciones sin sustancia, cuando es una enfermedad que "se queda de por vida" y por el desembolso que supone la ayuda y curación.
PROCEDIMIENTOS SANCIONADORES Y BELIGERANCIA DE LA AEPD
Junto a la reclamación de los pactos de estado y social y al llamamiento a las regiones, la agencia española incluye en su hoja de ruta el trabajo con las instituciones europeas, como la Comisión, que tiene abiertos dos procedimientos sancionadores por posible incumplimiento del reglamento DSA, contra TikTok y contra Meta.
A ello se suma la suspensión de TikTok Lite anunciada por la propia compañía después de que la CE hiciera pública su intención de imponer medidas provisionales suspendiendo la función que recompensaba económicamente el tiempo adicional frente a la pantalla.
"Vamos a ser especialmente beligerantes para exigir que la industria cumpla con sus obligaciones y donde no sea competencia principal de la Agencia Española, vamos a hacer todo lo posible declarándonos autoridad interesada para coordinarlo a nivel europeo", ha avisado Mar España.
En paralelo a lo anterior, la AEPD va a seguir colaborando en el marco de sus competencias con la CNMV, la Comisión Nacional del Mercado de Valores, organismo Coordinador de Servicios Digitales en nuestro país.
INFORME
En cuanto a los patrones adictivos -que se crean con algoritmos-, el informe ha identificado 30 tipos diferentes y los clasifica según el riesgo en alto, medio y bajo.
La agencia avisa de las implicaciones que la incorporación de operaciones que implementan patrones adictivos a los tratamientos de datos personales tiene sobre diferentes aspectos relacionados con la protección de los mismos.
Y añade que también supone un riesgo para los derechos y libertades de los usuarios, como el derecho a su integridad física y psíquica.
Asimismo, pueden "provocar discriminación, exclusión, manipulación, socavar la autonomía individual, influir en su proceso de pensamiento, sus emociones, su comportamiento, limitar su libertad de información y expresión, generar autocensura y afectar a la autonomía y desarrollo", consecuencias que pueden ser "especialmente graves" en niños y jóvenes.