MADRID 22 Ene. (EUROPA PRESS) -
La Asociación Española de Pediatría (AEP) hace un llamamiento urgente a la acción frente al acoso escolar y el ciberacoso y recomienda la implementación de talleres de prevención de acoso en todos los niveles educativos, así como la revisión de los protocolos de actuación específicos para identificar y tratar casos de manera adecuada.
Asimismo, desde la AEP aseguran que la prevención y la identificación temprana son claves para reducir la incidencia de este tipo de violencia y mitigar sus efectos. Además, la coordinadora del Comité de Salud Mental de la AEP, la doctora Paula Armero, señala que el acoso escolar afecta a un número amplio de personas.
La experta apunta que el acoso afecta "a la víctima, obviamente, pues el acoso le puede causar efectos psicológicos a largo plazo, como la depresión, la ansiedad o los trastornos de conducta", pero también debe ponerse el foco en los "espectadores" puesto que "presenciar esas conductas hace que normalicen la violencia y la manipulación en una etapa en la que aún están aprendiendo a relacionarse y, además, hace que no se sientan seguros en el entorno escolar".
Asimismo, asegura que según un informe de la Fundación Mutua Madrileña y la Fundación ANAR, en España, la prevalencia del 'ciberbullying' es aproximadamente del 1,1 por ciento entre los estudiantes.
El mismo estudio demuestra que este tipo de acoso se da principalmente en plataformas como WhatsApp, Instagram y TikTok, y suele afectar a estudiantes de entre 11 y 12 años, siendo ligeramente más frecuente entre las chicas. Ahora, el acoso "va más allá del horario escolar. Persiste, aunque el alumno cambie de centro y, además, no desaparece, queda siempre una huella digital", asegura la experta.
Por último, la experta explica que "en todas las revisiones del niño sano los pediatras preguntamos por si sufren personalmente acoso escolar, o si lo padece alguien en su entorno, pero no suelen reconocerlo, por los pactos de silencio que hacen entre compañeros, y mucho menos delante de sus padres".
Por este motivo, "es fundamental que tanto desde el entorno sanitario, como desde el escolar y el familiar ofrezcamos un espacio seguro y de confianza para que el menor afectado pueda expresar su situación y buscar ayuda sin temor a represalias o estigmatización. Debemos atajar definitivamente el acoso", concluye.