MADRID, 12 Ago. (EUROPA PRESS) -
Los científicos creen que los bebés nacen con sistemas digestivos que contienen pocas o ninguna bacteria y que su intestino va siendo luego rápidamente colonizado por los microbios, buenos y malos. Sin embargo, investigadores de la Escuela de Medicina St. Louis de la Universidad de Washington, en Estados Unidos, han descubierto en recién nacidos prematuros que la población de bacterias en los tractos gastrointestinales de los bebés puede depender más de su composición biológica y la edad gestacional al nacer que de los factores ambientales.
Los autores de esta investigación, cuyos resultados publica en su edición digital 'Proceedings of the National Academy of Sciences', descubrieron que las comunidades bacterianas se reúnen en una progresión ordenada y "coreografiada", siendo el ritmo más lento en los niños nacidos más prematuramente. "Sus primeros microbios intestinales probablemente tienen consecuencias para toda la vida, pero sabemos muy poco sobre cómo estas comunidades microbianas se reúnen", reconoce el autor principal, Phillip I. Tarr, profesor de Pediatría.
"Nuestra investigación indica que el intestino está destinado a definir las bacterias que habitan en él. Entre las 33 y 36 semanas después de la concepción, los bebés prematuros tienen poblaciones microbianas muy similares en sus entrañas", detalla este experto. La colonización bacteriana tiene efectos duraderos, que influyen en la salud y el desarrollo, la función inmune, la resistencia a la infección y la predisposición a los trastornos inflamatorios y metabólicos, pero hasta ahora se sabía poco acerca de cómo los microbios llegan allí.
Colaboradores del Instituto del Genoma en la Escuela de Medicina de la Universidad de Washington, en Estados Unidos, utilizaron secuenciación de ADN para determinar las poblaciones bacterianas en 922 muestras de heces de 58 niños prematuros. Los bebés, pacientes de la Unidad de Cuidados Intensivos Neonatales (UCIN) del Hospital de Niños de St. Louis, tenían entre 23 y 33 semanas de edad gestacional y pesaron en torno a 1.500 gramos o menos.
Los investigadores encontraron diferentes proporciones de tres clases principales de bacterias que colonizaron los intestinos de los bebés prematuros secuencialmente. Al inicio de la vida de estos pequeños, dominó un grupo de bacterias llamadas 'Bacilli' y, después, una clase conocida como 'Gammaproteobacteria' fue abundante, para, en tercer lugar, florecer el tipo identificado como 'Clostridia'.
Los factores ambientales, incluyendo si los partos de los bebés fueron vaginales o por cesárea, si se habían administrado antibióticos, sus edades cuando se recogieron las muestras y sus dietas, influyeron en el ritmo, pero no en el fin, de la progresión de las bacterias. Los investigadores observaron cambios bruscos en la composición bacteriana de cada tripa a las 36 semanas de edad gestacional, pero vieron que, de alguna manera, los ecosistemas intestinales se ajustaron a lo que parecía ser una progresión preordenada de la colonización bacteriana.
"A veces los cambios bruscos estaban en la misma dirección que la progresión global y en otras ocasiones no --destaca Tarr, que también es director de la División de Gastroenterología y Nutrición Pediátrica--. Eso era impredecible. Pero finalmente las proporciones de población se corregían y esas tres clases de bacterias permanecían entre los principales componentes".
Armados con el conocimiento de lo que ocurre en el sistema digestivo de los bebés prematuros en un ambiente controlado, el próximo objetivo de los investigadores es discernir qué sucede en los sistemas de los bebés prematuros que no funcionan también, sobre todo aquellos que padecen enterocolitis necrotizante (NEC), una enfermedad devastadora en los bebés prematuros y que causa la muerte del tejido en el revestimiento de la pared intestinal. El síndrome ocurre en hasta en el 10 por ciento de los bebés prematuros y es fatal entre el 25 al 35 por ciento de las veces.
La coprimera autora Barbara Warner, profesora de Pediatría que trata a pacientes en el Hospital de Niños de St. Louis, dijo que ella y sus colegas aún no saben el significado de las tres clases de bacterias que dominan la microbiota intestinal de los bebés prematuros, pero que de ellas, las 'Gammaproteobacterias' son las más intrigantes porque están vinculadas a la inflamación y porque había muchos de estos microbios en las tripas de los bebés.
En el estómago de un niño sano, más desarrollado, normalmente las 'Gammaproteobacterias' suponen menos del 1 por ciento de las bacterias, pero en este trabajo, más de 50 por ciento de las bacterias en muchas de las tripas de los bebés prematuros fueron de esta clase y en algunos recién nacidos, este grupo de microbios representó más del 80 por ciento de las bacterias.