MADRID 21 May. (EUROPA PRESS) -
Los bebés que duermen en la misma cama que sus padres tienen un riesgo cinco veces mayor de síndrome de muerte súbita del lactante (SMSL), incluso cuando los padres no son fumadores y la madre no ha consumido alcohol ni drogas ilegales, según un amplio análisis publicado en la edición digital de 'BMJ Open'.
Mientras que la tasa de SMSL ha descendido de forma pronunciada tras aconsejar a los padres que coloquen a los bebés boca arriba para dormir (decúbito supino), el síndrome de muerte súbita del lactante sigue siendo la principal causa de muerte infantil en el periodo posneonatal (28 días del primer año de vida) en los países desarrollados.
Algunos países, como Países Bajos y Estados Unidos aconsejan a los padres no dormir en la misma cama que los niños de menos de tres meses de edad, mientras que otros, como Reino Unido y Australia, recomiendan sólo a algunos progenitores que no compartan la cama con sus bebés, entre ellos los fumadores y los que han estado bebiendo alcohol o consumiendo drogas.
Los autores de este análisis estiman que alrededor del 88 por ciento de todas las muertes por SMSL al compartir la cama con los bebés no se habría producido si no se hubiera dormido con él. Sus resultados muestran que incluso cuando ninguno de los padres fumaba y el bebé tenía menos de 3 meses de edad, alimentado con leche materna y la madre no bebía ni tomaba drogas, el riesgo de muerte súbita fue cinco veces mayor que si el recién nacido dormía en una cuna junto a la cama de sus padres.
El riesgo de muerte súbita al compartir la cama con el bebé disminuye a medida que el niño crece, pero si uno de los padres era fumador o la madre había bebido alcohol (dos o más unidades en las últimas 24 horas) o consumido drogas ilegales, incluido el cannabis, en alguna ocasión desde que nació el niño, el riesgo es mucho mayor.
El profesor Bob Carpenter, de la Escuela de Higiene y Medicina Tropical de Londres (Reino Unido) dirigió este estudio que combinó los datos individuales de los cinco conjuntos de datos publicados en Reino Unido, Europa y Australasia, incluyendo información sobre 1.472 casos de SMSL y 4.679 controles.
El estudio reveló que uno o ambos padres del 22,2 por ciento de los niños que murieron de SMSL había estado durmiendo con su hijo en el momento de la muerte, mientras que el 9,6 por ciento de los progenitores en el grupo de control se había despertado por la mañana en la misma cama que su recién nacido. Durante los últimos 10 años, ha habido un marcado aumento en la práctica de compartir la cama y los autores ahora estiman que alrededor del 50 por ciento de los casos de SMSL se producen en el colecho, más del doble de lo hallado en el estudio.
"El 88 por ciento de las muertes ocurridas durante el colecho probablemente no habrían sucedido si se hubiera colocado al bebé sobre su espalda en una cuna junto a la cama de los padres", escriben los autores. Incluso en los bebés de muy bajo riesgo amamantados, donde no había otros factores de riesgo de SMSL distintos a los de compartir la cama con sus padres, el 81 por ciento de los casos de SMSL en estos menores de tres meses de edad se podría haber evitado al no compartir la cama, según los investigadores.
"No sugerimos que los bebés no deben ser llevados a la cama de los padres para su confort y alimentación. Esto se ha investigado en estudios anteriores y no se ha encontrado que sea un factor de riesgo, siempre que el niño sea devuelto a su propia cuna para dormir", concluyen.