MADRID, 9 Jun. (EUROPA PRESS) -
Una investigación con la Universitat Oberta de Catalunya (UOC) ha puesto de manifiesto la importancia que adquiere el aprendizaje informal cuando los entornos sanitarios se someten a una presión asistencial como la generada por el Covid-19, la enfermedad que provoca el nuevo coronavirus.
"La rápida y brillante respuesta que han dado los diferentes entes sanitarios del país se ha efectuado desde la informalidad de los aprendizajes y desde la cultura de la colaboración absoluta", ha comentado la profesora de los Estudios de Psicología y Ciencias de la Educación de la UOC, Clara Selva Olid.
Precisamente, este intercambio informal de conocimiento tiene más importancia de la que se le suele atribuir en el entorno laboral, según revela el estudio publicado la revista 'Journal of Workplace Learning'. "El aprendizaje en el entorno laboral juega un papel principal en el desarrollo, la mejora y la actualización de las habilidades de las personas. Como consecuencia de la gran cantidad de tiempo que pasamos en el trabajo, este es, sin duda, uno de los escenarios más privilegiados para desarrollar competencias profesionales y personales", ha declarado Selva.
Tradicionalmente, se le otorga una "gran importancia" a lo que se conoce como aprendizaje formal, que es el que tiene objetivos y está planificado (los cursos, seminarios y congresos serían ejemplos de ello). No obstante, los profesionales también aprenden intercambiando experiencias de manera informal, por ejemplo, mientras charlan tomando un café u observando cómo los compañeros realizan una tarea.
En ese sentido, la investigación, llevada a cabo en colaboración con la profesor de la Universidad de Vic-Universidad Central de Cataluña (UVic-UCC), Carlota Riera, y el profesor de la Universidad de Aguascalientes (México), Miguel Sahagún, buscaba aclarar la relación en el entorno laboral entre el aprendizaje formal, el informal y el que se produce entre iguales.
ESTUDIO ETNOGRÁFICO
Para ello, estos investigadores han realizado un estudio etnográfico de nueve meses centrado en un equipo de ginecología de un hospital del territorio catalán. Los investigadores observaron y analizaron las rutinas y prácticas cotidianas de los 44 miembros del equipo, comprendido por médicos, enfermeros, comadronas y personal administrativo.
"Los resultados indican que, contrariamente a lo que muchas personas y organizaciones piensan, la riqueza de los aprendizajes se encuentra, sobre todo, en los espacios informales de interacción entre las personas, más que en actividades formales de aprendizaje. Cuanto menos jerarquizada es la organización, más y mejores oportunidades de aprendizaje se generan, y de una forma más equitativa, en términos de democracia", ha argumentado Selva.
Por tanto, apostilla, una cultura organizativa que propicie la apertura de diálogo y la participación igualitaria de toda su comunidad potencia el aprendizaje de sus miembros, así como el aprendizaje del conjunto de la organización. Además, los trabajadores valoran más este aprendizaje cuando se produce entre iguales, es decir, entre personas que se identifican mutuamente de manera equitativa.
"Con los resultados del estudio en la mano, consideramos necesario que las organizaciones actuales y futuras destaquen la importancia que juega en ellas la igualdad. Además, teniendo presente la relación clara que se establece entre igualdad y participación, parece claro que el fomento de la proximidad de roles ha de ser un objetivo para cualquier organización que aspire a dotarse de aprendizajes complejos que requieran de conocimientos diversificados y que se tienen que generar de forma ágil", ha apostillado la experta.
En el caso concreto de los hospitales, la jerarquía y la cientificidad del conocimiento se han revelado como trabas para este intercambio. Según la investigadora de la UOC, la cultura organizativa de una entidad sanitaria legitima unos aprendizajes por encima de otros, a menudo con intereses más gremiales que científicos. "Fomentar una mayor participación y horizontalidad entre profesionales de la medicina y la enfermería, por ejemplo, favorecería que las organizaciones aprendan más y mejor", ha enfatizado.
A su juicio, la emergencia generada por el Covid-19 lo ha ilustrado a la "perfección", puesto que los equipos no estaban preparados, desde el punto de vista de formación formal, para afrontar una crisis sanitaria como esta, y la necesidad "ha borrado en pocas horas" los aspectos piramidales y jerárquicos que dificultan la participación de todo el mundo.
"Todos los profesionales y su experiencia y bagaje han sido necesarios para transformar los hospitales, y espontáneamente la organización ha facilitado el flujo de aprendizajes y la participación de todos sus estamentos para encontrar las soluciones más oportunas, y de una forma no mediada jerárquicamente, sino por un objetivo común y compartido. Este es el aprendizaje que se puede extraer, y que algo de esta información quede instaurado en las culturas organizativas para siempre", ha zanjado Selva.