MADRID, 9 May. (EUROPA PRESS) -
El delegado del Gobierno para el Plan Nacional sobre Drogas, Joan Ramón Villalbí, ha mostrado su preocupación por que la regulación del cannabis medicinal pueda llevar a un aumento de la disponibilidad de esta droga para su consumo recreativo.
"Nos preocupan sobre todo las potenciales consecuencias. Invocando posibles usos medicinales podrían llevar a un aumento de la disponibilidad del consumo. Sería una amenaza seria para la salud y el bienestar de la ciudadanía", ha explicado durante su intervención ante la subcomisión de cannabis medicinal en el Congreso de los Diputados.
Así, ha instado a "pensar a largo plazo y aprender de lo que ha pasado en otros temas". Por ejemplo, ha advertido sobre las consecuencias de la "falta de regulación" del juego, que "ha llevado a la explosión de la problemática del juego patológico y un coste social grande".
Asimismo, también ha citado la crisis de los opiáceos en Estados Unidos. "Cuando se han realizado políticas menos restrictivas para su uso ha acabado con una catástrofe, una epidemia de muertes", ha lamentado.
De esta forma, ha advertido sobre los peligros del cannabis. "Un 10 por ciento de los usuarios pueden desarrollar adicción. Es desencadenante de episodios psicóticos, incluso de esquizofrenia en personas jóvenes y aquellas que se estrenan en el consumo. Afecta a la memoria, la coordinación o al rendimiento escolar", ha detallado.
En cualquier caso, Villalbí ha reconocido que existen "indicios relativamente modestos de uso terapéutico". De hecho, en España existen tanto medicamentos con principios activos como productos diversos de cannabis, que se diferencian entre ellos según hayan obtenido o no autorización de comercialización para uso médico.
En el caso de medicamentos, hay dos fármacos, 'Sativex' y 'Epidyolex', que cuentan con autorización de comercialización de la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS) y son dispensados por los farmacéuticos hospitalarios para mejorar los síntomas de algunas enfermedades como la espasticidad moderada o grave debida a la esclerosis múltiple y las convulsiones asociadas al síndrome de Lennox-Gastaut, al síndrome de Dravet o al complejo esclerosis tuberculosa.
Los que no tienen autorización de comercialización como medicamentos son la parte florida de la planta, la resina comprimida o hachís, los aceites extraídos y los extractos de cannabis concentrados.
En vista a toda esta situación, Villalbí ha reclamado que, en caso de que finalmente se decida apostar por su regulación, se busquen "formas de encajar la prescripción y dispensación a los pacientes que se puedan beneficiar del cannabis y no se encuentren dentro de los parámetros de los fármacos autorizados".
Asimismo, ha calificado como "muy importante" que se realicen estudios para "cuantificar la situación con respecto al consumo recreativo y medicinal del cannabis antes de emprender cualquier cambio". "E ir monitorizando la situación después de forma continuada para valorar los cambios y ajustar decisiones", ha remachado el delegado del Gobierno para el Plan Nacional sobre Drogas.