MADRID, 18 May. (EUROPA PRESS) -
El Grupo de Expertos del virus del ébola, creado por la directora general de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Margaret Chan, ha publicado un informe preliminar, que será debatido en la 68 Asamblea Mundial de la Salud, celebrada desde este lunes y hasta el próximo 26 de mayo en Ginebra (Suiza), en el que avisa de que se reconoció "tarde" la propagación del virus y que, por tanto, la respuesta no fue "eficaz".
EL BROTE DEL ÉBOLA COMENZÓ EN 2013
El brote del virus comenzó en 2013 en África Occidental y no fue hasta el 8 de agosto de 2014 cuando la OMS declaró el brote como emergencia de salud pública de importancia internacional, a pesar de que las primeras "señales de alarma" de propagación de la enfermedad comenzaron a surgir entre mayo y julio de 2014.
Una tardanza que el grupo de expertos ha reconocido "no entender" porque evitó que se diera una respuesta "eficaz y adecuada" al brote. "Aunque la OMS dispone de un número considerable de políticas y procedimientos en vigor, estos retrasos se relacionaron con muchos factores, entre ellos la demora a la hora de entender el contexto y la naturaleza de este brote de ébola, que fue diferente de otros anteriores; la falta de fiabilidad de la notificación de su propagación; los problemas relacionados con el flujo de información dentro de la OMS, y las difíciles negociaciones con los países", señala el informe.
Asimismo, critica que hasta agosto de 2014, la institución no buscara "adecuadamente" el apoyo de otros organismos y agentes humanitarios del sistema del Comité Interinstitucional Permanente de las Naciones Unidas, y ha asegurado que estos recursos podrían haberse puesto a disposición "antes" y haberse establecido sistemas "conocidos" que hubieran evitado la crisis que generó la necesidad de establecer la Misión de la ONU para el Ébola Respuesta a Emergencias (UNMEER, por sus siglas en inglés).
De hecho, los expertos lamentan en el trabajo las "serias deficiencias" que se produjeron en los primeros meses del brote en materia de colaboración con las comunidades locales, y advierte de que los mensajes que se dieron a la población fueron "desalentadores" ya que se hizo "hincapié" en la inexistencia de tratamiento y, por tanto, se redujo la disposición de las comunidades a colaborar.
"Se debería haber utilizado mejor a los antropólogos médicos para elaborar los mensajes. También hay que entender que el hecho de que las comunidades se encontraran ya en una situación posconflictual suponía un alto grado de desconfianza en la autoridad. Debido en cierta medida a la falta de involucración por parte de los sistemas humanitarios en general, no se movilizaron en las fases iniciales los recursos de las organizaciones no gubernamentales, como los trabajadores y voluntarios de la comunidad que realizan labores relacionadas con el desarrollo, muchos de ellos de los países y comunidades afectadas", recalcan.
Además, prosiguen, "muchas" de las asociaciones no gubernamentales que se encontraban sobre el terreno en los países afectados, llevando a cabo programas de desarrollo o humanitarios, tuvieron que responder a una situación "para la que no estaban bien preparadas", dado que "carecían" de orientación normativa y no había mecanismos de coordinación "adecuados".
La estrategia de comunicación es otro de los aspectos criticados por el grupo de expertos, puesto que, a su entender, "no fue capaz" de contrarrestar las informaciones "muy críticas" que surgieron sobre la labor que estaba realizando la OMS. "Este problema se vio reforzado por el retraso en declarar la emergencia de salud pública de importancia internacional, los mensajes desorientadores de Twitter y la filtración de documentos. Todavía no está claro por qué la OMS no fue capaz de montar una respuesta mediática de alto nivel que le proporcionara un mayor control sobre la narración de los acontecimientos", señalan.
MEDIDAS ADICIONALES TOMADAS POR LOS PAÍSES: PERJUDICARON A LOS AFECTADOS
Ahora bien, los expertos reconocen que en el momento en el que se declaró la emergencia sanitaria internacional se comenzaron a movilizar los recursos para la respuesta, aunque avisan de que propició a su vez que un "número importante" de países adoptaran medidas adicionales a las recomendadas a la OMS que "interfirieron" con los viajes y el comercio internacional.
"En consecuencia, los países afectados tuvieron que hacer frente no sólo a graves consecuencias económicas, sino también a obstáculos para recibir el personal y el material necesario", comentan, para lamentar que, en circunstancias complejas como esta, las líneas de comunicación entre la OMS y los jefes de Estado y de Gobierno sean "aún más críticas".
En este sentido, en el informe se insiste que durante el brote del ébola, más de 40 países pusieron en práctica estas medidas adicionales y se recuerda que el Reglamento Sanitario Internacional (RSI) impone "restricciones" a ese tipo de medidas. "Aunque el Grupo de Expertos reconoce que los Estados Miembros son países soberanos cuya primera prioridad es la salud de sus propios ciudadanos, en el mundo actual, en el que la salud de un Estado está tan conectada con la de otros, los gobiernos también tienen la responsabilidad de actuar como ciudadanos mundiales", apostillan.
Por ello, solicitan al Comité de Examen del RSI que examine las "responsabilidades" de los "Estados Partes" en la notificación y en otros asuntos "relevantes" como, por ejemplo, el cierre de fronteras, el comercio o el transporte. También piden que se estudien opciones de "indemnización" para paliar las "graves" penalidades económicas que sufren los países afectados, y recomiendan que se estudie "algún tipo de sanción" cuando los países adoptan medidas que van "más allá" de las que consideran necesarias para la salud pública.
"FALTA DE COMPROMISO POLÍTICO Y FINANCIERO" DE LOS ESTADOS MIEMBROS
Del mismo modo, los expertos dicen que la OMS padece la "falta de compromiso político y financiero" de sus Estados Miembros y aseguran que si la organización está "reforzada" y "bien financiada" puede ayudar a todos los países a preparase para hacer frente a los desafíos que plantean la "creciente" interdependencia mundial y la "vulnerabilidad" compartida.
Además, consideran que la Secretaría General tiene que tomar medidas "serias" para "ganarse" esta función de liderazgo en relación con la respuesta a los brotes y a las emergencias y, al mismo tiempo, "recuperar la confianza" de la comunidad internacional.
"La OMS tiene que mejorar su capacidad de participación en alianzas en su preparación para las emergencias, y es importante que tenga en mente que esa preparación ha de abarcar todas las emergencias que tengan consecuencias sanitarias. (...). En la actualidad, no tiene la capacidad operacional no tiene la capacidad operacional, ni la cultura necesaria para responder plenamente a una emergencia de salud pública", apostillan.
Ante ello, abogan por que los Estados Miembros inviertan para conseguir que la OMS tenga "plena" capacidad operacional para responder a las emergencias. "No existen fondos básicos específicos para la respuesta a emergencias, pese a que todos los años se gastan grandes sumas de dinero aportadas por donantes para las emergencias. El hecho de que los fondos básicos de la OMS sean tan limitados, pone a la institución en una situación de grave desventaja y no permite contar con una base adecuada de recursos para actividades de respuesta", sentencia.
Finalmente, el Grupo de Expertos aconseja a la OMS tener acuerdos "permanentes" con otros organismos --como el PMA y UNICEF--, disponga de una sola entidad unificada para dar respuesta a las emergencias y establezca un equipo "interno y multidisciplinario" de personal capacitado que sea "liberado automáticamente" de sus tareas habituales durante un tiempo "indeterminado" y que se vaya relevando de forma "rotatoria".