MADRID, 14 Jun. (EUROPA PRESS) -
El presidente del Consejo General de Enfermería (CGE), Florentino Pérez Raya, ha celebrado la eliminación de copagos o el refuerzo de la universalidad contemplados en el Anteproyecto de la Ley de Equidad, Universalidad y Cohesión del Sistema Nacional de Salud (SNS), aprobado este martes en Consejo de Ministros, pero ha mostrado su preocupación por las trabas a los conciertos sanitarios.
"El proyecto de ley tiene aspectos muy buenos y otros no tanto. Como proyecto que es, debe pasar la correspondiente tramitación parlamentaria y habrá que ver cómo queda el texto final", ha señalado en declaraciones a Europa Press.
Pérez Raya ha advertido de que poner en marcha esta Ley "requeriría una mayor inversión en Sanidad, algo que no ha hecho ningún Gobierno hasta ahora". "Ojalá el actual Gobierno lo consiga, pero si el texto se aprueba sin una dotación económica se quedaría en un puñado de buenas intenciones. Hay que recordar que la sanidad está transferida a las CCAA y son estas quienes tienen que organizar las prestaciones, y si no reciben la financiación necesaria para poder hacer frente a todas estas nuevas prestaciones les va a ser imposible de cumplir", ha insistido.
En todo lo relativo a copago y prestaciones sanitarias, los enfermeros han señalado que comparten el objetivo de esta Ley. "Se trata de personas que tenían dificultades para afrontar cualquier tipo de desembolso y que, en los casos más extremos, podrían llegar a verse obligados renunciar a cirugías por no poder hacer frente a los copagos", ha apuntado Pérez Raya.
El CGE también se ha mostrado "absolutamente a favor" de facilitar la atención sanitaria a los inmigrantes en situación irregular eliminando cualquier requisito porque "por encima de todo debe estar el ser humano y su derecho fundamental a recibir una asistencia sanitaria universal y velar por la salud pública".
Sin embargo, Pérez Raya ha asegurado que les "preocupa mucho" que el texto "venga a poner trabas a los conciertos con la sanidad privada porque, de aprobarse tal y como está, se va a aumentar considerablemente el tiempo de espera porque hoy en día es imposible que la sanidad pública saque adelante el volumen de intervenciones quirúrgicas y pruebas diagnosticas complementarias a las que tiene que hacer frente sin ayuda de la sanidad privada".
"En la actualidad la Sanidad Pública está obligada a garantizar un tiempo máximo de espera para las intervenciones, solicitando mediante conciertos los servicios sanitarios necesarios y derivando pacientes en la actividad sanitaria que no pueda afrontar con sus recursos propios, y esta situación lejos de mejorar ha empeorado de una forma significativa tras la pandemia. Esta práctica (los conciertos) garantiza una solución al paciente, y lo cierto es que la sanidad pública no está preparada para afrontar dichas intervenciones por sí misma. Por tanto, estaríamos condenando al paciente a una espera mucho mayor, empeorando la calidad asistencial y la calidad de vida de los pacientes y la ciudadanía en general", ha alertado.
Al respecto, ha insistido en que el sistema sanitario español es "público-privado". "La clave es fortalecer la sanidad pública, con mayor inversión y recursos, cosa que en estos momentos parece que no es una prioridad en las políticas de salud, la concertación existe desde hace décadas su eliminación debe pasar por una profunda reforma sanitaria y en estos momentos es más lógico seguir apostando por la colaboración público-privada de forma equilibrada", ha remachado.