ÁMSTERDAM, 8 Oct. (De la enviada especial de EUROPA PRESS, Lucila Rodríguez)
El 2 por ciento de los españoles padece psoriasis y, de ellos, hasta el 20 por ciento tiene artritis, según ha informado el especialista en Dermatología del Hospital La Paz de Madrid, Pedro Herranz, en un encuentro con periodistas durante el transcurso del 23 Congreso de la Sociedad Europea de Dermatología y Venereología (EADV, por sus siglas en inglés) que se celebra estos días en Amsterdam (Países Bajos).
Se trata de una enfermedad crónica, inflamatoria, genética e inmunológica que se caracteriza por lesiones cutáneas eritematodescamativas asociadas a una posible afectación ungueal y articular. "El número de personas afectadas es muy importante y es necesario concienciar a la población, especialmente a los pacientes, de que aunque no tiene cura se pueden mejorar los síntomas", ha apostillado.
Y es que, aunque el 70 por ciento de los enfermos tienen las lesiones de forma persistente, hay un 30 por ciento que consiguen remitirlas de una forma prolongada gracias a los tratamientos disponibles. En este sentido, Herranz ha destacado las nuevas terapias biológicas, las cuales son capaces de "bloquear" las vías de producción de las lesiones psoriásicas.
"Con estos tratamientos conseguimos bloquear el sistema inmune de la piel de una forma más selectiva. No obstante, son terapias caras, lo que dificulta su prescripción", ha recalcado el experto, para insistir en que con ellas hasta el 80 por ciento de los enfermos remite hasta el 75 por ciento la enfermedad.
Ahora bien, una de las principales problemas es que el 20 por ciento tiene artritis asociada, concretamente artritis periférica, tendinitis, dactilitis y espondiloartritis. "La artritis psoriásica es muy importante y necesita que se aborde desde un punto de vista multidisciplinar", ha señalado.
Dicho esto, ha avisado de que, además, los enfermos con psoriasis grave tienen un mayor probabilidad de padecer hipertensión, diabetes o dislipemia. En este sentido, el especialista ha comentado que, según algunos estudios, se cree que si se controla la inflamación en los enfermos graves se consigue reducir el riesgo de enfermedad cardiovascular.
Finalmente, Herranz ha destacado la importancia de atender a la calidad de vida del paciente ya que, de ella depende el tratamiento que se le va a dar. Y es que, estos enfermos suelen padecer depresión, ansiedad y, sobre todo, estrés, el cual es el principal factor desencadenante de la misma.