MADRID, 24 Ago. (EUROPA PRESS) -
Expertos de la consultora legal Fidelitis han apuntado que la COVID-19 persistente podría ser motivo de incapacidad laboral, debido a que provoca problemas como fatiga crónica, fibrosis pulmonar o pérdida de memoria.
Más de 4,7 millones de personas han pasado el coronavirus en España durante el último año y medio. De todas ellas, se estima que entre un 10 y un 20 por ciento sufren secuelas a largo plazo, derivadas de la enfermedad. Estas secuelas forman parte del conocido como COVID-19 persistente, un mal que ya ha sido reconocido como enfermedad y que, en muchos casos, impide poder volver a llevar una vida normal.
Entre los síntomas que provoca la COVID-19 persistente están la fatiga crónica, la fibrosis pulmonar, la miocarditis o los problemas articulares y musculares. También se ha observado que las personas que padecen esta enfermedad pueden presentar depresión, confusión, pérdida de memoria o dificultad para hablar o escribir. Todas estas dolencias se vuelven, en muchos casos, crónicas, ya que no existen tratamientos específicos para tratarlas.
Sin embargo, a pesar de todo esto, Fidelitis denuncia que la Administración Pública "está dando de alta a la mayor parte de enfermos de COVID-19 persistente, sin concederles ningún tipo de pensión por incapacidad laboral al finalizar el período máximo de incapacidad laboral temporal".
"Las premisas para que las secuelas de una enfermedad sean causa de incapacidad laboral permanente es que sean consideradas como permanentes y que hayan provocado limitaciones anatómicas o funcionales graves", recuerda el presidente del Grupo Fidelitis, Lorenzo Pérez, quien considera que estas premisas "encajan con lo que están padeciendo muchos de los enfermos diagnosticados de COVID-19 persistente".
Sin embargo, son pocos los que están consiguiendo que se reconozca esta incapacidad, ya que la COVID-19 persistente es una enfermedad nueva y no existe jurisprudencia al respecto. A pesar de eso, los expertos de Fidelitis creen que es absolutamente factible lograr ese reconocimiento, "porque la legislación española se basa en las secuelas, no en diagnósticos y muchas de las secuelas son ya reconocidas como causa de incapacidad".
"Algunos de nuestros clientes nos comentan que sus médicos dudaban al principio de la veracidad de estas secuelas, porque pensaban que podían ser exageraciones para estar de baja o solicitar una pensión por incapacidad labora,l pero cuando se han dado cuenta que coinciden en muchos pacientes que están jubilados han apartado sus dudas al respecto. Algo que también paso con la fibromialgia, de ahí el paralelismo de ambas enfermedades", comenta Lorenzo.