MADRID 6 Ago. (EUROPA PRESS) -
El Colegio Americano de Medicina del Deporte ha insistido en la importancia que tiene realizar actividad física para mejorar la calidad de vida, aumentar la esperanza de vida, y reducir el riesgo de padecer enfermedades crónicas degenerativas como obesidad, diabetes tipo 2, hipertensión, osteoporosis, cáncer o enfermedades cardiovasculares. Además, ejerce una acción directa sobre el propio proceso de envejecimiento secundario.
Y es que, resultados de las investigaciones realizadas en los últimos 30 años han dado a conocer importantes biomarcadores de envejecimiento, entre los que destaca la hipertensión, la resistencia a la insulina, la pérdida de capacidad funcional respiratoria, la disminución de la capacidad de reacción y de equilibrio, la pérdida de fuerza tanto en manos como en piernas y altos niveles de estrés oxidativo.
De hecho, actualmente se sabe que determinadas afecciones vinculadas al envejecimiento, como la osteoporosis, no se encuentran indisolublemente ligadas a éste, sino que son enfermedades en las que desempeña un papel importante el sedentarismo y la dieta, y que, por lo tanto, se pueden prevenir o al menos reducir su riesgo.
Respecto al tipo de alimentación, las autoridades sanitarias recomiendan reducir el consumo de sal, por su vinculación a la hipertensión. En relación al consumo de grasas, debe darse prioridad a los alimentos que contienen ácido oleico --aceite de oliva-- y ácidos grasos omega-3 --pescado azul, nueces--. Estos alimentos también son fuente de antioxidantes, como por ejemplo, la vitamina E.