MADRID 6 Nov. (EUROPA PRESS) -
El director general de la Fundación de Ayuda contra la Drogadicción (FAD), José Ignacio Calderón, ha avisado este lunes de que si la nueva ley del alcohol, que está elaborando el Gobierno, es sólo "represiva" no solucionará el problema de "salud pública" que supone el consumo de bebidas alcohólicas entre los menores.
Y es que, según ha recordado durante su comparecencia en la Comisión Mixta para el Estudio del Problema de las Drogas, cada mes se producen 480.000 borracheras en menores de 18 años, una cifra que, si bien se ha reducido en los últimos años, es una "vergüenza" y una prueba de que no se está haciendo lo que hay que hacer.
Por ello, Calderón ha destacado la necesidad de que la nueva ley del alcohol se construya desde el consenso de todas las instituciones, y "al lado" de la sociedad, para que el mensaje "cale" y se cambie la permisiva cultura española entorno a las bebidas alcohólicas.
"La ley tiene que tener, además del análisis técnico, la implicación máxima de todos los segmentos de la clase política y social. Tiene que ser una normativa que se mueva en el camino de la solución, pero no sólo en el de la represión porque por sí sola no funciona", ha detallado el director general de la FAD.
Y es que, a su juicio, el problema del alcohol en los menores españoles no es de ellos, sino que son "víctimas" de los mensajes que transmiten los adultos a la hora de consumirlo, dado que es habitual que esté presente en las reuniones familiares y en todo tipo de celebraciones.
"El alcohol no es una droga porque la visión esperpéntica que tienen las drogas y los que las utilizan, se ven como personas marginales o delincuentes, no encaja con estas bebidas porque están integradas en la cultura familiar. De hecho, hasta hace poco tiempo no se ha empezado a hablar sobre este consumo que es ya un problema de salud pública", ha enfatizado.
EDUCAR PARA SABER ACTUAR ANTE UNA "SELVA" DE POSIBILIDADES
Otro de los problemas que se añaden a esta situación es el desempleo juvenil, el cual provoca que muchos jóvenes y adolescentes no tengan un proyecto de futuro y, a su vez, favorece un mayor tiempo libre y la independencia de la tutela que, en épocas anteriores, ejercían los adultos.
"Desde la FAD sabemos que los proyectos vitales son fundamentales y que los jóvenes que no los tienen son más vulnerables y más difíciles de convencer de que determinas conductas, como el consumo de drogas o de alcohol, no son buenas. Además, con la crisis económica y el paro los jóvenes se han empezado a colectivizar y a decir 'no me ralle más porque usted no me da nada' y, por ello, es importante que comencemos a entender las conductas que están manteniendo los adolescentes para intentar abordarles", ha detallado.
En este sentido, el director general de la FAD ha insistido en la necesidad de que los poderes públicos, y la sociedad en general, se conciencien de que el escenario para solucionar esta problemática ha cambiado y de que es esencial educar desde pequeños en valores que les ayuden a manejar en la juventud la realidad de las drogas, la cual "nunca" va a desaparecer.
"Tenemos que pasar a planteamientos proactivos, de conseguir que hagan cosas que les hagan felices, de acompañamiento, de protección. Y, en esto, la educación tiene un protagonismo de máximo nivel porque con ella se puede conseguir que cuando llegue el momento de tomar decisiones ante una selva que les ofrece muchas oportunidades los riesgos que tomen sean menores", ha apostillado.
Asimismo, ha recordado el importante papel que juegan las familias en la concienciación sobre los peligros que conllevan estos consumos, si bien ha subrayado la importancia de que las instituciones y organismos especializados les formen a la hora de educar y enfrentarse ante estos hechos. "Nos hemos preocupado en saber muchas cosas para alcanzar un buen trabajo y muy poco para educar a nuestros hijos, a pesar de que es la educación es lo que más nos preocupa", ha recalcado Calderón.
Finalmente, el director general de la FAD ha reiterado la necesidad de que la nueva ley del alcohol cuente con el apoyo de todos para que la sociedad lo entienda, comparta y asuma el papel que le corresponde porque, de lo contrario, y al igual que ha ocurrido en otras ocasiones, el proyecto se quedará en el "10 por ciento" de sus posibilidades.
"Todo lo que sean fisuras son posibilidades de fracaso. Es un proyecto de gran complejidad que exige un cambio de modelo y de cultura que no se hace de la noche a la mañana. No obstante, nos sentiríamos felices si se redujeran a 250.000 las borracheras mensuales de los menores, aunque seguiría siendo vergonzosa la cifra. La sociedad en su conjunto tiene ahora una posición muy importante", ha zanjado Calderón.