MADRID, 26 Oct. (EUROPA PRESS) -
El III Curso Internacional de Tumores de Cabeza y Cuello, celebrado este jueves en el Auditorio Reina Sofía del Hospital Universitario HM Sanchinarro, se ha centrado en las novedades en inmunoterapia y la complejidad del diagnóstico molecular, incluyendo el estudio del genoma tumoral en tejido o biopsia líquida.
Este tipo de procesos tumorales ocupan el sexto puesto en incidencia en Europa y la mayoría, sin incluir los que afectan al tiroides, son carcinomas escamosos de boca, orofaringe y laringe (un 85%). Les siguen los tumores de nasofaringe, (en su mayoría inducidos por el virus de Epstein Barr) y los de glándulas salivares.
A este evento, organizado por el Centro Integral Oncológico Clara Campal HM CIOCC, han acudido un centenar de especialistas en esta disciplina, entre ellos el coordinador de la Unidad de Tumores de Cabeza y Cuello del centro y organizador del curso, Lisardo Ugidos, quien ha asegurado que "sin duda, la inmunoterapia está cambiando el panorama del tratamiento de los carcinomas escamosos de cabeza y cuello y del carcinoma de nasofaringe".
"Disponemos ya de un fármaco, un anticuerpo monoclonal anti-PD1, que es el nivolumab, para tratar esta patología en fases avanzadas", ha explicado el experto. Además, otros fármacos dirigidos a dianas moleculares van a ser aprobados en los próximos meses o años, principalmente dirigidos a alteraciones en las proteínas del ciclo celular, "ampliando nuestro arsenal terapéutico", ha asegura.
REVOLUCIÓN EN EL DIAGNÓSTICO MOLECULAR
En el curso se han puesto de manifiesto las últimas actualizaciones, como la herramienta que se está usando en HM CIOCC, la cual consiste en la secuenciación del genoma del tumor, ya sea en tejido (biopsia o pieza quirúrgica) o en biopsia líquida, la cual, a través de un análisis de sangre, permite conocer algunas de las características moleculares de estos tumores malignos.
El evento abordó de igual forma el tema de los tumores pobremente diferenciados y anaplásicos de tiroides que representan un subtipo con mayor agresividad biológica y peor pronóstico. Para ello existen algunas terapias dirigidas, como el lenvatinib.