MADRID, 7 Jun. (EUROPA PRESS) -
A pesar de que la inserción laboral influye de manera "muy positiva" en la calidad de vida de las personas con enfermedad mental, solo el 15,8 por ciento de estas tiene trabajo en España y, de este total, menos del 5 por ciento corresponde a personas con trastornos mentales graves (TMG), según la presidenta de Feafes Empleo, María Isabel Rodríguez.
Estas cifras son aún más bajas que las correspondientes a la tasa de personas con discapacidad intelectual, aunque si bien es cierto, el número de contrataciones de personas con trastornos mentales ha aumentado durante el año pasado, según ha subrayado Rodríguez.
"Independientemente de los apoyos que precise o desee la persona, la inserción laboral es una fuente de ingresos, convierte a la persona en un ciudadano activo, le ayuda a estructurar en tiempo y puede ser el mejor agente de socialización", ha añadido.
Por ello, la entidad social Elkarkide, en colaboración con Janssen, ha organizado el 'Taller de buenas prácticas en innovación social en servicios de inclusión sociolaboral del colectivo TMG', con el objetivo de promover el intercambio de conocimientos y experiencias entre los distintos profesionales que intervienen en el proceso de inclusión sociolaboral de personas con trastornos mentales graves a través de la presentación de la red de apoyos y oportunidades.
La inclusión laboral implica la participación como miembro de la sociedad en igualdad de condiciones, siendo uno de los factores en los que descansa el modelo de calidad de vida, según el director general de Elkarkide, Ángel Gastón, quien ha añadido que "demostrar capacidades dentro del entorno laboral y poder competir en igualdad de condiciones sería lo que, en último término, impactaría directamente en la reducción del estigma".
INNOVACIÓN SOCIAL COLABORATIVA DE CARÁCTER RECÍPROCO
Esta inclusión empieza por acciones como la innovación social colaborativa de carácter recíproco, que consiste en "impulsar las relaciones y la colaboración con el resto de agentes que necesarios para generar oportunidades y promover cambios hacia una sociedad más inclusiva", ha explicado Gastón.
Este modelo implica promover redes colaborativas en todos los sectores de la sociedad, desarrollo de oportunidades para satisfacer las necesidad sociales y promover cambios de comportamiento en la sociedad.
Igual de importante es el 'modelo de recuperación', centrado en la persona que trabaja con sus capacidades, según Rodríguez, que debería evolucionar hacia un trabajo en la comunidad y en los contextos naturales, dirigidos a reconstruir el proyecto de vida de la persona.