MADRID 13 Mar. (EUROPA PRESS) -
El Comité Nacional Para la Prevención del Tabaquismo (CNPT) y la Organización Médica Colegial (OMC) han enviado este miércoles al Senado una Declaración sobre la propuesta de regulación de los cigarrillos electrónicos en la que defienden que su regulación se equipare a la de los cigarrillos convencionales en los espacios de utilización, en la promoción y publicidad y en la fiscalidad.
Esta Declaración, a la que se han adherido 37 Sociedades científicas y asociaciones ciudadanas y de consumidores, ha sido enviada a todos los miembros de la Comisión de Sanidad del Senado, cámara donde se debatirá la Ley por la que se modifica el texto refundido de la Ley General para la Defensa de los Consumidores y Usuarios que regulará, entre otros puntos, el uso y publicidad de los cigarrillos electrónicos que contienen nicotina y otros productos similares.
Motivada por su "preocupación por el retroceso en salud" que puede suponer la reciente modificación aprobada en la Comisión de Sanidad y Servicios Sociales del Congreso de los Diputados, la Declaración afirma que la propuesta de regulación es "muy deficiente desde el actual conocimiento científico" sobre los efectos en la salud de las personas que los utilizan o que están expuestas a sus emisiones y sobre las estrategias de salud pública de control del tabaco.
"Por lo cual la regulación que precisa el cigarrillo electrónico debe ser igual que la exigible al tabaco, ya que la nicotina administrada por vía inhalada es una sustancia altamente adictiva y potencialmente tóxica", señalan.
Por todo ello, los firmantes, consejos generales de las profesiones sanitarias, sociedades científicas y asociaciones ciudadanas y de consumidores estamos profundamente decepcionados y deseamos destacar tres aspectos fundamentales que deberían modificarse en el debate en el Senado sobre la regulación. Estos son la regulación de los espacios de utilización, la de la promoción y la publicidad y la de la fiscalidad.
La propuesta legislativa sólo prohíbe la utilización de cigarrillos electrónicos en centros docentes y sanitarios, edificios de la Administración, transporte público y parques infantiles. Sin embargo se permitirá inicialmente en la hostelería, lo que no ven con buenos ojos puesto que "puede suponer un riesgo para los trabajadores y un retroceso de los avances en salud pública de la última década por su similitud con la imagen de fumar, con un efecto negativo de "renormalizar" dicha conducta, con especiales efectos negativos sobre los adolescentes y jóvenes".
"Por si fuera poco, permitir esa diferencia en lugares públicos quita toda la fuerza moral sobre la prohibición de fumar en los mismos y su control adquirida por la Ley vigente. Por ello solicitamos que la regulación de espacios para el uso de cigarrillos electrónicos sea idéntica a la aplicada al tabaco, sin excepciones en el sector del ocio y la hostelería", añade..
Respecto a la regulación de la promoción y la publicidad creen que "debería restringirse al máximo", y, por lo tanto, consideran insuficiente que la publicidad en medios audiovisuales se prohíba solamente en el horario infantil (de 16 a 20 horas), en lugares frecuentados principalmente por menores de 18 años y en los cines cuando se proyecten películas destinadas primordialmente a menores de 18 años.
Finalmente, sobre la regulación de la fiscalidad, proponen igualar la fiscalidad de los cigarrillos electrónicos a la de los cigarrillos convencionales, dado que se trata de un nuevo producto igual de adictivo. "Se ha comprobado que los impuestos y los precios altos tienen un efecto de limitación del consumo especialmente en la población juvenil. Ya se han publicado estudios que alertan de que el cigarrillo electrónico es la nueva puerta de entrada de los adolescentes y jóvenes al consumo de cigarrillos convencionales", concluyen.