MADRID 29 Nov. (EUROPA PRESS) -
Médicos Sin Fronteras (MSF) ha solicitado, con motivo de la celebración del Día Mundial del Sida, el próximo 1 de diciembre, y de la Ronda de Reposición de fondos del Fondo Mundial para la Lucha contra esta enfermedad, "más voluntad política y financiera" para la erradicación del sida.
Y es que, a pesar de que su lucha ha sido uno de los proyectos de salud pública "más exitosos" de la historia, esta patología "aún no está ganada" dado que "millones" de pacientes siguen sin acceso al diagnóstico y tratamiento antirretroviral.
"Actualmente, unos 10 millones de personas reciben tratamiento antirretroviral a precios insospechados 15 años atrás y, también, hay más personas siendo diagnosticadas, con lo cual se está reduciendo el número de nuevas infecciones. Pero aún quedan en la cola 18 millones de pacientes que no han recibido tratamiento, y la pandemia se sigue cobrando millón y medio de vidas cada año. Hablamos de 4.000 muertes al día", ha señalado la especialista en VIH de MSF, Cecilia Ferreyra.
A su juicio, actualmente se está en el "momento justo" de "no bajar los brazos" y mantener los compromisos para que, así, en un par de décadas, se pueda decir que la batalla "está ganada".
En concreto, la próxima semana, el Fondo Mundial para la Lucha contra el sida, la tuberculosis y la malaria celebra en Washington (Estados Unidos) una reunión de reposición de fondos, en la que los financiadores internacionales y países donantes deben recordar su compromiso de "cambiar el rumbo" en la lucha contra el sida y aportar, como mínimo, unos 11.000 millones de euros --15.000 millones de dólares-- que el Fondo ha planteado como objetivo para financiar su trabajo contra estas tres enfermedades para el periodo 2014-2016.
ESPAÑA HA REDUCIDO A "CERO" SUS DONACIONES AL FONDO
Uno de estos financiadores es España, que hasta 2009 había sido uno de los principales donantes del Fondo, con aportaciones de unos 200 millones de euros anuales. Desde entonces, según ha informado MSF ha ido reduciendo sus aportaciones hasta dejarlas a cero. De hecho, su último compromiso se remonta a la Cumbre de Washington de 2012, en la que prometió 10 millones de euros que nunca llegó a hacer efectivos.
"Nos tememos que España va a seguir dándole la espalda al Fondo Mundial. Este comportamiento errático, esta retórica de apoyo formal que luego no se traduce en financiación, convierten a España en un socio poco fiable en la lucha contra la pandemia, justo cuando esta se encuentra en un momento decisivo", ha comentado el responsable de Relaciones Externas de MSF, Carlos Ugarte.
Dicho esto, la organización ha comentado que en la mayoría de países de alta prevalencia del VIH, como Suráfrica, Suazilandia y Malaui, el acceso a la terapia antirretroviral ha mejorado considerablemente a lo largo de los últimos diez años. Sin embargo, en países de prevalencia media, como República Democrática del Congo (RDC), Guinea, República Centroafricana, Nigeria, Sudán del Sur o Myanmar, una de cada cuatro personas acceden a tratamiento cuando ya es demasiado tarde.
En estos países en los que la prevalencia no es tan alta, las necesidades siguen siendo las que se daban hace 20 años en países de alta prevalencia. Actualmente, el VIH sigue siendo la primera causa de muerte de las mujeres en edad reproductiva, y no sólo en el África subsahariana.
"Resulta alarmante que tres de cada cuatro mujeres embarazadas VIH-positivas no reciban tratamiento, y que todas ellas vivan en países en desarrollo. En Kinshasa la situación es extrema. A menudo vemos a personas llegar a nuestro hospital cuando ya han desarrollado el sida y se encuentran en un estado crítico. Para muchos, es demasiado tarde y mueren antes de poder ser ingresados. Un 25 por ciento no sobrevive, y casi el 40 por ciento de estas muertes se producen dentro de las primeras 48 horas del ingreso", ha explicado la doctora del hospital de VIH de MSF en RDC, Maria Machako, del hospital de VIH de MSF en RDC.
De hecho, prosigue, el acceso a pruebas y tratamientos es "apenas inexistente" para las personas que lo necesitan y, en RDC las estimaciones "más optimistas" indican que menos del 30 por ciento de las 243.000 personas elegibles para tratamiento antirretroviral tienen acceso al mismo, enfrentándose así a un "sufrimiento innecesario y a una muerte prematura".
En general, la cobertura en materia de tratamiento en África central y occidental sigue siendo la más baja del continente, con sólo un 34 por ciento. En Guinea, menos del 20 por ciento de los niños VIH-positivos reciben tratamiento y, menos de la mitad de las mujeres embarazadas VIH-positivas tienen acceso a la terapia que previene la transmisión del virus a sus hijos.
"Cuando vemos la situación desesperada en países como RDC y Guinea, nos sentimos como atrapados en el túnel del tiempo. Las graves complicaciones que vemos en los pacientes nos recuerdan a lo que presenciábamos en los países del sur de África antes del año 2000, cuando la terapia no existía y sólo había muerte en el horizonte", ha apostillado el responsable de uno de los primeros programas de tratamiento del VIH de MSF, cerca de Ciudad del Cabo, Eric Goemaere.
DOCUMENTAL 'MIRA LO QUE VEMOS'
Por otra parte, MSF ha lanzado la serie documental 'Mira lo que vemos', centrada en los desafíos diarios a que se enfrentan los pacientes con VIH y el personal sanitario que les atiende en los países en desarrollo, así como las estrategias de atención comunitaria que están impulsando la lucha contra la pandemia, al acercar el tratamiento al paciente y facilitar su adherencia al mismo.
Se trata de historias de pacientes olvidados, de mujeres embarazadas con VIH, de personas que han conseguido el tratamiento demasiado tarde, y de otras que han conseguido salvar la vida cuando lo tenían todo en contra.
"La visión de los líderes mundiales y las políticas nacionales tienen que cambiar radicalmente. Depender solamente de los sistemas de salud tradicionales no conseguirá mantener a las personas con vida. Estamos demostrando que las personas pueden empezar el tratamiento del VIH antes y que pueden conseguirlo a través de redes comunitarias, aliviando la carga que supone para unos servicios de salud ya saturados y mejorando la adherencia. Pero algunos gobiernos se resisten a otorgar a las comunidades un mayor papel en su propio tratamiento y esto debe cambiar", ha zanjado el coordinador adjunto de MSF para Sudáfrica y Lesoto, Ernest Nyamato.