BOGOTÁ, 20 Jul. (Thomson Reuters Foundation/EP) -
Médicos Sin Fronteras (MSF) ha pedido al Gobierno de Haití que la violencia sexual contra las mujeres y niñas en la pequeña nación caribeña sea tratada como un problema de salud pública y se ponga a disposición de las víctimas asistencia tanto sanitaria como psicológica.
La ONG ha denunciado que la mayoría de las 1.300 víctimas de violencia sexual que han sido atendidas desde 2015 en una clínica de MSF en Puerto Príncipe tienen menos de 25 años y más de la mitad son niñas. Cuatro de cada cinco pacientes que solicitaron atención médica y psicológica habían sido violadas, ha precisado.
"Queremos que la violencia sexual sea reconocida como un problema de salud pública porque no hay muchos servicios de salud y atención disponibles para las pacientes", ha explicado el segundo coordinador de la clínica de MSF en la capital haitiana, Carl Frederic Casimir.
La clínica atiende las 24 horas del día y recibe una media de 80 supervivientes de violencia sexual al mes. Proporciona métodos anticonceptivos de emergencia y medicamentos antirretrovirales para prevenir la transmisión de enfermedades de transmisión sexual como el VIH.
Casimir ha contado que ha visto niñas de dos años siendo atendidas por agresiones sexuales en la clínica. "Esta es la parte más impactante, las menores de edad. La mayoría de las veces con las niñas, es gente que conocen", ha indicado Casimir, en alusión a los agresores.
Cerca de la mitad de todas las niñas que ha recibido la clínica son remitidas por la Policía, un signo que, resalta la ONG, indica la relevancia del papel de las autoridades en la lucha contra las agresiones sexuales.
"Su colaboración ha sido fundamental para asegurar la atención médica y psicológica oportuna a las jóvenes supervivientes", ha declarado MSF en un informe. "También podría sugerir que algunas de estas jóvenes tenían la suficiente confianza como para ir a la Policía después de haber sido víctimas de abusos sexuales", ha indicado.
Las supervivientes de una violación suelen quedar traumatizadas y el acceso a la atención psicológica desempeña un papel crucial en la recuperación, para evitar depresiones y trastornos postraumáticos, ha señalado Casimir.
El Ministerio para las Mujeres ha planteado como prioridades abordar los altos niveles de violencia sexual en el país y mejorar el acceso a la Justicia para las víctimas.
Sin embargo, la violación solo se considera un crimen en Haití desde 2005 y no existen cifras oficiales que dibujen la magnitud real del problema. Además, muchos casos no son denunciados por vergüenza y miedo al estigma o represalias por parte de los agresores o la comunidad.
Naciones Unidas y varias organizaciones de Derechos Humanos han alertado del incremento de las agresiones sexuales y las violaciones tras el terremoto de 2010, que forzó a miles de personas a vivir hacinadas en campamentos con escasa privacidad, presencia policial e iluminación, factores que aumentan el riesgo de sufrir violencia sexual. Años después, alrededor de 45.000 haitianos viven aún en tiendas de campaña y refugios informales.