MADRID 13 Sep. (EUROPA PRESS) -
Un estudio dirigido por investigadores canadienses ha descubierto la primera evidencia de que los músicos experimentan menos problemas auditivos relacionados con la edad que los no-músicos. Mientras que otros estudios ya han demostrado que los músicos entrenados tienen muy desarrolladas las habilidades auditivas en comparación con los no-músicos, este es el primer estudio que examina las habilidades de audición en músicos y no músicos de todo el espectro de edad - desde los 18 a los 91 años. El estudio fue dirigido por el Instituto Rotman Baycrest de Investigación Geriátrica en Toronto (Canadá) y ha sido publicado en 'Psychology and Aging'.
Los investigadores querían determinar si la práctica musical durante toda la vida protege contra el deterioro normal de la audición al llegar la vejez, específicamente para el procesamiento auditivo central asociado con la comprensión del habla. Los problemas de audición son frecuentes en los ancianos, quienes a menudo tienen dificultades para entender en la presencia de ruido de fondo; los científicos lo describen como el efecto 'fiesta de cóctel'. Parte de esta dificultad se debe a una disminución en la capacidad de detectar y discriminar la información acústica del medio ambiente.
"Observamos que los músicos poseen una mejor audición en la vejez, retrasándose algunos de los cambios relacionados con la edad en el procesamiento auditivo central. Esta ventaja se amplió considerablemente para los músicos a medida que envejecían en comparación con personas de edades similares que no son músicos", explica el investigador Benjamin Rich Zendel del Instituto Rotman Baycrest de Investigación. Zendel realizó el estudio junto al científico principal el doctor Claude Alain, director adjunto del Instituto Rotman.
En el estudio, 74 músicos (de entre 19 y 91 años) y 89 no-músicos (de edades entre los 18 y los 86 años) participaron en una serie de evaluaciones auditivas. Se definió músico como alguien que inicia sus estudios musicales a la edad de 16 años, continúa la práctica de la música hasta el día de la prueba y recibe al menos seis años de clases formales de música. Los no-músicos participantes en el estudio no tocaban ningún instrumento musical.
Mediante el uso de auriculares de inserción, los participantes se sentaban en una sala insonorizada y completaban cuatro tareas auditivas para evaluar los umbrales de tonos puros (capacidad de detectar sonidos cada vez más silenciosos), la detección de pausas (capacidad de detectar una pausa silenciosa corta, lo cual es importante para percibir sonidos comunes del habla), la detección armónica desajustada (la capacidad para detectar la relación frecuencias de sonido diferentes, lo cual es importante para separar los sonidos que se producen simultáneamente en un ambiente ruidoso), y el habla en presencia de ruido (capacidad de oír las frases que se prenuncian en presencia de ruido de fondo).
Los científicos observaron que ser músico no ofrece ninguna ventaja en la prueba de los umbrales de tonos puros, a través del rango de edad. Sin embargo, en las otras tres tareas auditivas, los músicos mostraron una clara ventaja sobre los no-músicos según envejecían. A los 70 años de edad, un músico promedio era capaz de entender el habla en ambientes ruidosos, igual de bien que un sujeto promedio de 50 años de edad, no-músico. Esto que sugiere que la maestría musical puede retrasar el declive relacionado con la edad unos 20 años.
Más importante aún, las tres evaluaciones donde los músicos demostraron una ventaja dependen del procesamiento auditivo en el cerebro, mientras que los umbrales de tonos puros no. Esto sugiere que "la maestría musical mitiga el efecto de los cambios cerebrales con la edad en los músicos, lo cual se debe, probablemente, a que los músicos utilizan los sistemas auditivos de alto nivel sobre una base regular", indica Zendel.