Negar el papel de la ciencia, excluir a migrantes o limitar el aborto son amenazas de salud pública, según epidemiólogo

Archivo - Médico con un estetoscopio midiendo latidos del corazón. - ISTOCK - ARCHIVO

MADRID 11 Sep. (EUROPA PRESS) -

Las corrientes que niegan el papel de la ciencia, la exclusión de la población migrante o las corrientes ideológicas que limitan los derechos reproductivos y el aborto son algunos de los desafíos y amenazas a las que, en estos momentos, tiene que hacer frente la salud pública, según ha apuntado el profesor de Epidemiología en la City University of New York y Columbia University y editor jefe del American Journal of Public Health (AJPH), Alfredo Morabia, durante la XLII Reunión Anual de la Sociedad Española de Epidemiología en Cádiz.

Así, durante el encuentro el experto ha analizado los principales retos a los que se debe enfrentar la epidemiología y la Salud Pública, y las nuevas oportunidades que puede aprovechar. En estos momentos, "uno de los grandes desafíos es proteger el contexto democrático y promover formas de salud pública democráticas", ha señalado.

"La salud pública funciona demasiado de arriba hacia abajo, por eso necesitamos integrar a las organizaciones civiles y a los ciudadanos en la construcción de las políticas de salud", ha indicado Morabia, señalando que el contexto político actual "de resurgimiento de ideologías divisivas y excluyentes, acentúa las debilidades de la salud pública".

"Sabemos lo que hay que hacer para prevenir las principales epidemias y enfermedades crónicas, pero para poder hacerlo tenemos que democratizar la epidemiología", ha añadido.

En este sentido, el epidemiólogo ha señalado que los enfoques inclusivos son otra de "las asignaturas pendientes en la mejora de la salud pública, que no debe ser ajena a las demandas y necesidades de colectivos como los migrantes, ciudadanos en situación de pobreza y vulnerabilidad, o movimientos sociales como los grupos feministas, LGTBQ, O sindicatos".

"Nada puede ser hecho para ellos sin su participación, ese tiene que ser el principio con el que se trabaje en la salud pública y la epidemiología. Es necesario formar a los ciudadanos y sus organizaciones para que puedan entablar un diálogo con los profesionales de salud pública y los políticos", ha remarcado.

Morabia cree que, en los últimos años, el interés de los ciudadanos por las cuestiones relacionadas con las políticas de salud, la sanidad y el bienestar ha aumentado. Prueba de ello es que, en Estados Unidos, donde él reside, los institutos nacionales de salud han desarrollado líneas de investigación e intervención basadas en la participación de los ciudadanos. "Se llama 'community engagement' o compromiso comunitario. Todavía está en su etapa inicial, está empezando, pero esa es la dirección", ha afirmado.

En este sentido, el experto ha puesto como ejemplo lo que ocurrió durante la pandemia por Covid-19. "En Estados Unidos hubo más muertes en los estados en los que el liderazgo político se opuso a las recomendaciones de salud pública. Tenemos una oportunidad para construir sobre este éxito, explicando que hubiéramos hecho un trabajo mejor si la participación ciudadana hubiera existido", ha añadido.

Por último, para construir una salud pública "moderna y científica", Morabia ha abogado por convertirnos en "pensadores poblacionales". El pensamiento poblacional defiende que el estudio de poblaciones o grupos de personas puede proporcionar conocimientos sobre la salud que los estudios individuales no pueden proporcionar.

"Cuantificando la aparición de determinadas enfermedades, podemos predecir sus tendencias futuras. Además, comparar grupos con diferentes hábitos o estados de salud ayuda a identificar las causas de estas diferencias. Estas ideas no son posibles cuando se centran únicamente en los individuos", ha explicado.

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