MADRID, 4 Oct. (EUROPA PRESS) -
El científico David Julius, galardonado este lunes con el Premio Nobel de Medicina, ya obtuvo el Premio Príncipe de Asturias de Investigación Científica y Técnica en el año 2010, junto a Linda Watkins y Baruch Minke.
El jurado del Premio Príncipe de Asturias acordó concederle el galardón por "sus estudios innovadores sobre el dolor". "Estos tres destacados investigadores en el campo de la neurobiología sensorial han llevado a cabo descubrimientos que en conjunto permiten una comprensión más profunda de las bases celulares y moleculares de las diferentes sensaciones, en especial la del dolor", destacó el jurado.
"David Julius es pionero en el análisis molecular de los nociceptores, identificando el TRPV1 como receptor neuronal de estímulos nocivos. Sus investigaciones identifican dianas moleculares a las que dirigir una nueva generación de medicamentos específicos para el tratamiento selectivo de diferentes tipos de dolor, especialmente el crónico. Ello abre vías esperanzadoras para paliar un mal que afecta a la calidad de vida de millones de personas y que ha sido, desde siempre, uno de los grandes retos a los que se ha enfrentado la medicina", añadieron los jueces.
Además, tanto Julius como Ardem Patapoutian, que también ha sido galardonado con el Nobel de Medicina este año, recibieron el pasado 21 de septiembre el XIII Premio Fundación BBVA Fronteras del Conocimiento en Biología y Biomedicina por "identificar los receptores que nos permiten percibir la temperatura, el dolor y la presión".
Julius ha utilizado la capsaicina, un compuesto picante del chile que induce una sensación de ardor, para identificar un sensor en las terminaciones nerviosas de la piel que responde al calor. Patapoutian ha usado células sensibles a la presión para descubrir una nueva clase de sensores que responden a estímulos mecánicos en la piel y los órganos internos. Este conocimiento se está utilizando para desarrollar tratamientos para una amplia gama de enfermedades, incluyendo el dolor crónico.
En su discurso durante la entrega de los galardones de Fundación BBVA en el Palacio Euskalduna de Bilbao, David Julius reivindicó la importancia de la atención al dolor. "El dolor crónico sigue siendo una importante necesidad médica no cubierta y un problema de salud pública muy extendido que afecta a millones de personas en todo el mundo. Su coste social se ve agravado por el uso excesivo de la morfina y otros analgésicos opiáceos, con sus consiguientes efectos secundarios y su potencial de abuso. Para mejorar las estrategias de evaluación y tratamiento del dolor, es necesario comprender mejor los mecanismos biológicos básicos que sustentan la detección, la transmisión y el procesamiento de las señales de dolor en cada etapa de esta vía", comentó.
Por su parte, Patapoutian se mostró "emocionado" de recibir el galardón de la Fundación BBVA, algo que para él es "muy especial". "El mensaje general es que debemos apoyar la ciencia básica, la ciencia por la ciencia, y que importantes beneficios de índole más práctica llegarán después. Aplaudo a la Fundación BBVA por reconocer que la ciencia no es solo para los científicos. Si algo hemos visto durante la pandemia del último año y medio es la importancia vital no solo del pensamiento racional y científico, sino también de la creación de nuevos medicamentos para lograr una sociedad saludable y segura. Por ello, ¡gracias por aclamar la ciencia! Acepto este premio con enorme gratitud", resaltó.