MADRID 15 Abr. (EUROPA PRESS) -
Un nuevo informe publicado este lunes por ONUSIDA y Amigos de la Lucha Mundial contra el Sida, la Tuberculosis y la Malaria concluye que invertir ahora para acabar con el sida como amenaza para la salud pública de aquí a 2030 no solo permitirá cumplir el compromiso de acabar con la pandemia, sino que también puede mejorar la salud y el bienestar en general.
Por ejemplo, la integración de servicios específicos y no específicos del VIH está aumentando el acceso a los servicios sanitarios holísticos e integrales que necesitan las personas que viven con el VIH o están afectadas por él.
En Costa de Marfil, Jamaica, Sudáfrica y otros países, las plataformas de servicios desarrolladas originalmente para responder al VIH se aprovechan para ofrecer una amplia gama de servicios sanitarios, como prevención, detección y tratamiento de enfermedades no transmisibles.
La atención al VIH está inspirando modelos de atención en otras áreas. En Colombia, un modelo de atención desarrollado específicamente para el VIH se está utilizando ahora para la prestación de una atención integral y coordinada de otras enfermedades crónicas, como la diabetes, el cáncer y las enfermedades cardiovasculares.
Los componentes del sistema sanitario reforzados mediante inversiones en el VIH también están mejorando una amplia gama de resultados sanitarios además de los relacionados con el VIH y el sida.
En Costa de Marfil, los sistemas de laboratorio reforzados gracias a las inversiones en el VIH están contribuyendo a los servicios de diagnóstico de múltiples problemas sanitarios, como la salud maternoinfantil, la tuberculosis, la hepatitis vírica y el Covid-19.
A medida que se avanza con retraso en la consecución de muchas de las metas sanitarias de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, los esfuerzos para acabar con el sida destacan como un faro de esperanza.
Desde 2010, las nuevas infecciones anuales por el VIH y las muertes relacionadas con el sida han disminuido en todo el mundo un 38 por ciento y un 51 por ciento, respectivamente.
Angeli Achrekar, directora ejecutiva adjunta de Programas de ONUSIDA, ha afirmado que este informe pone de relieve la necesidad de que los países realicen esfuerzos "más decididos" para identificar y capitalizar oportunidades "beneficiosas para todos" que aumenten de forma eficiente y eficaz el alcance de los servicios sanitarios para acelerar el progreso hacia el fin del sida como amenaza para la salud pública para 2030 y alcanzar otros Objetivos de Desarrollo Sostenible relacionados con la salud.
El informe concluye con una serie de recomendaciones para potenciar aún más los beneficios sanitarios más amplios a través de inversiones mayores y sostenidas en el VIH. Afirma que es necesario prestar especial atención a mantener y seguir reforzando las inversiones en redes comunitarias sólidas y sostenibles de personas que viven con el VIH y poblaciones clave, incluidas las redes dirigidas por mujeres y jóvenes.
Chris Collins, presidente y director general de Amigos de la Lucha Mundial, ha declarado que la respuesta al VIH es una fuerza para el compromiso de múltiples partes interesadas, la programación basada en los derechos humanos, el liderazgo comunitario y la innovación constante.
Se trata de puntos fuertes que se deben aportar a los servicios sanitarios en un sentido más amplio, incluida la preparación para pandemias y la cobertura sanitaria universal. "Pero este papel catalizador de la respuesta al VIH solo es posible si los gobiernos, los donantes y las comunidades invierten adecuadamente y se comprometen a acelerar el progreso contra el VIH", ha apuntado.