La OMS advierte de las consecuencias de la privación de libertad para la salud infantil

Archivo - Un niño refugiado rohingya en Bangladesh
Archivo - Un niño refugiado rohingya en Bangladesh - UNICEF/PATRICK BROWN - Archivo
Publicado: viernes, 10 diciembre 2021 12:01


MADRID, 10 Dic. (EUROPA PRESS) -

El último informe político de la Organización Mundial de la Salud en la región de Europa (OMS Europa), 'Health concerns among children deprived of liberty', advierte de las consecuencias negativas e "irreversibles" de la privación de libertad para la salud física, mental y el desarrollo cognitivo de los niños.

El periodo de la primera infancia es una fase crucial del desarrollo a lo largo de la vida. Los déficits en 5 factores centrales (nutrición adecuada, seguridad y protección, cuidados receptivos, aprendizaje temprano y acceso a los servicios de salud) tienen impactos duraderos y perjudiciales en la salud y el bienestar de los niños.

"La privación de libertad conduce directamente a estos déficits. Es un grave factor de estrés para cualquier niño. Los centros de reclusión, detención o institucionalización pueden ser, por reputación y experiencia, lugares peligrosos, desde la insuficiencia de servicios sanitarios hasta la violencia o el abuso de sustancias", ha dicho la doctora Carina Ferreira-Borges, jefa interina de la Oficina Europea de la OMS para la Prevención y el Control de las Enfermedades No Transmisibles (Oficina de ENT), que también dirige el Programa de Salud en las Prisiones de la OMS.

"Por lo tanto, los niños solo deben ser privados de su libertad como medida de último recurso y durante el período más breve posible, en consonancia con la Convención sobre los Derechos del Niño", añade Ferreira-Borges.

Según la nueva publicación de la OMS, la privación de libertad en la infancia puede provocar problemas de salud psicosocial y deterioro del desarrollo cognitivo, trastornos por consumo de sustancias, autolesiones y comportamientos suicidas, infecciones de transmisión sexual, otras enfermedades infecciosas, enfermedades crónicas y lesiones relacionadas con la violencia.

HASTA 7 MILLONES DE NIÑOS SIN LIBERTAD

Según las estimaciones mundiales de las Naciones Unidas, en la actualidad hay más de 7 millones de niños privados de libertad. El grupo más numeroso (unos 5,4 millones) está recluido en instituciones estatales como orfanatos o centros de salud mental. Otros 1,4 millones de niños viven en prisiones y otras instalaciones relacionadas con la administración de justicia. El tercer grupo más numeroso de niños (330.000) está privado de libertad por motivos relacionados con la migración.

Los centros de detención pueden amplificar los problemas de salud que los niños pueden tener ya, como las condiciones médicas preexistentes o los trastornos relacionados con la experiencia traumática de la guerra o el conflicto. Además, las condiciones en las que se crían los niños privados de libertad hacen que se pierdan experiencias educativas y personales, así como el estigma y otros problemas de reintegración en la sociedad más adelante.

Así, el Programa de Trabajo Europeo de la OMS 2020-2025-'Acción Unida para Mejorar la Salud en Europa' establece las prioridades de las políticas sanitarias en los países de la región europea de la OMS. Se basa en el principio de no dejar a nadie atrás en la prestación de una atención sanitaria de calidad y en la creación de igualdad de oportunidades para una vida sana.

En este contexto, la OMS propone que los Estados miembros mejoren sus políticas relacionadas con todas las formas potenciales de privación de libertad de los niños.

En concreto, el informe político de la OMS/Europa presenta 5 recomendaciones principales: abolir todas las medidas de privación de libertad de los niños relacionadas con la justicia y la migración, evitar que los niños entren en centros de privación de libertad, garantizar la promoción de la salud en los centros de privación de libertad de los niños, realizar un seguimiento adecuado de los niños después de la privación de libertad y mejorar la base de datos mediante el apoyo a la investigación independiente de alta calidad.

"Si queremos proteger a nuestros niños y asegurarnos de que crecen sanos, en todos los sentidos de esta palabra, debemos garantizar su libertad. Si los Estados miembros se proponen poner fin a la privación de libertad de los niños, los países se beneficiarán enormemente desde el punto de vista de la salud pública, social y económico", ha declarado la doctora Filipa Costa, especialista en políticas sanitarias del Programa de Alcohol, Drogas Ilícitas y Salud en las Cárceles de la Oficina de Enfermedades No Transmisibles.