MADRID, 27 Jun. (EUROPA PRESS) -
El Comité de Emergencia del Reglamento Sanitario Internacional ha reconocido que la actividad del virus que provoca la viruela del mono se ha "descuidado y no se ha controlado bien durante años" en los países de la Región de África de la Organización Mundial de la Salud (OMS), aunque cree que el brote "no constituye" una emergencia una emergencia de salud pública de preocupación internacional.
En este sentido, el organismo ha recordado que el actual brote de viruela del mono, que está afectando a muchos países no endémico, es "inusual" y está afectando especialmente a hombres jóvenes que mantienen sexo con hombres y que no han sido inmunizados previamente contra la viruela.
"Dado el bajo nivel de inmunidad de la población contra la infección por el virus de la viruela, existe el riesgo de una transmisión sostenida a la población en general que no debe pasarse por alto", han dicho los expertos, para avisar de que la respuesta al brote requiere esfuerzos de colaboración internacional.
Si bien algunos miembros del comité han mostrado puntos de vista diferentes, el comité ha decidido por consenso informar al director general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus, que en esta etapa se debe determinar que el brote "no constituye" una emergencia de salud pública de preocupación internacional.
Sin embargo, han señalado la naturaleza de emergencia del evento y han destacado que controlar la propagación del brote requiere esfuerzos de respuesta intensos. "El evento debe ser monitoreado de cerca y revisado después de algunas semanas, una vez que se disponga de más información sobre las incógnitas actuales, para determinar si se han producido cambios significativos que puedan justificar una reconsideración de su asesoramiento", han aconsejado.
Finalmente, el comité ha subrayado la importancia de analizar un aumento en la tasa de crecimiento de los casos notificados en los próximos 21 días, tanto dentro como fuera de los grupos de población actualmente afectados; la ocurrencia de casos entre trabajadoras sexuales; la evidencia de propagación significativa hacia y dentro de países adicionales, o aumentos significativos en el número de casos y propagación en países endémicos; el aumento del número de casos en grupos vulnerables, como personas inmunodeprimidas, incluso con infección por VIH mal controlada, mujeres embarazadas y niños; y evidencia de una mayor morbilidad o mortalidad y tasas de hospitalización, entre otros.