MADRID 3 Sep. (EUROPA PRESS) -
La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha anunciado nuevas orientaciones sobre la gestión de las aguas residuales y los residuos sólidos de la fabricación de antibióticos para frenar la contaminación causada por esta.
La aparición y propagación de la resistencia a los antimicrobianos (RAM) causada por la contaminación por antibióticos podría socavar la eficacia de los antibióticos a nivel mundial, incluidos los medicamentos producidos en los centros de fabricación responsables de la contaminación.
A pesar de que los altos niveles de contaminación por antibióticos están ampliamente documentados, la cuestión carece en gran medida de regulación y los criterios de garantía de calidad no suelen tener en cuenta las emisiones al medio ambiente. Además, una vez distribuidos, falta información a los consumidores sobre cómo deshacerse de los antibióticos cuando no se utilizan, por ejemplo, cuando caducan o cuando se termina un tratamiento pero aún queda antibiótico.
"Los residuos farmacéuticos procedentes de la fabricación de antibióticos pueden facilitar la aparición de nuevas bacterias resistentes a los medicamentos, que pueden propagarse por todo el mundo y amenazar nuestra salud. Controlar la contaminación procedente de la producción de antibióticos contribuye a que estos medicamentos que salvan vidas sigan siendo eficaces para todos", ha dicho la subdirectora General de la OMS para la RAM ad interim, la doctora Yukiko Nakatani.
En todo el mundo se carece de información accesible sobre los daños ambientales causados por la fabricación de medicamentos. "Las orientaciones proporcionan una base científica independiente e imparcial para que los reguladores, los compradores, los inspectores y la propia industria incluyan en sus normas un sólido control de la contaminación por antibióticos", ha dicho directora del Departamento de Medio Ambiente, Cambio Climático y Salud de la OMS, la doctora Maria Neira.
"Fundamentalmente, el fuerte enfoque en la transparencia equipará a los compradores, los inversores y el público en general para tomar decisiones que tengan en cuenta los esfuerzos de los fabricantes para controlar la contaminación por antibióticos", ha afirmado.
Diversos organismos internacionales han pedido estas orientaciones, entre ellos el Consejo Ejecutivo de la OMS, los ministros de Sanidad del G7 y el PNUMA.
"El papel del medio ambiente en el desarrollo, la transmisión y la propagación de la resistencia a los antimicrobianos requiere una cuidadosa consideración, ya que las pruebas son cada vez más numerosas. Existe un acuerdo generalizado en que la actuación sobre el medio ambiente debe adquirir mayor protagonismo como solución. Esto incluye la prevención y el control de la contaminación procedente de los sistemas municipales, los centros de fabricación, las instalaciones sanitarias y los sistemas agroalimentarios", declara la jefa de Subdivisión de la División de Industria y Economía del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), Jacqueline Álvarez.
Las orientaciones se elaboraron en estrecha colaboración con un variado grupo de expertos internacionales representantes del mundo académico, reguladores, inspectores, organizaciones internacionales como el PNUMA y otros sectores. El borrador también se sometió a consulta pública, recibiendo valiosas aportaciones de la industria y otras partes interesadas. La industria también ha aceptado este reto, a través de una iniciativa voluntaria impulsada por la industria que puede actualizarse en algunas áreas para ajustarse a las nuevas orientaciones.
Así, se establecen objetivos basados en la salud humana para reducir el riesgo de aparición y propagación de RAM, así como objetivos para hacer frente a los riesgos para la vida acuática causados por todos los antibióticos destinados a uso humano, animal o vegetal. Abarca todas las etapas, desde la fabricación de principios activos farmacéuticos (API) y la formulación hasta los productos acabados, incluido el envasado primario.
La RAM se produce cuando bacterias, virus, hongos y parásitos dejan de responder a los medicamentos, lo que hace que las personas enfermen más y aumenta el riesgo de propagación de infecciones difíciles de tratar, enfermedades y muertes. La RAM está impulsada en gran medida por el mal uso y el uso excesivo de antimicrobianos, pero, al mismo tiempo, muchas personas en todo el mundo no tienen acceso a los medicamentos antimicrobianos esenciales.