MADRID, 25 Abr. (EUROPA PRESS) -
La Organización Mundial de la Salud (OMS) tiene contabilizados hasta el 21 de abril un total de 169 casos en 11 países de hepatitis aguda de origen desconocido en niños; unos 17 niños (aproximadamente el 10%) han necesitado un trasplante de hígado y se ha notificado al menos una muerte en Reino Unido.
De acuerdo con la información publicada por el organismo sanitario internacional de Naciones Unidas, los casos tienen entre 1 mes y 16 años de edad. Se han registrado casos en: Reino Unido (114), España (13), Israel (12), Estados Unidos (9), Dinamarca (6), Irlanda (<5), Países Bajos (4), Italia (4), Noruega (2), Francia (2), Rumanía (1) y Bélgica (1).
El síndrome clínico entre los casos identificados es la hepatitis aguda (inflamación del hígado) con enzimas hepáticas marcadamente elevadas. Muchos casos tienen síntomas gastrointestinales, como dolor abdominal, diarrea y vómitos, que precedieron a la presentación de la hepatitis aguda grave, y de niveles elevados de enzimas hepáticas (aspartato transaminasa (AST) o alanina aminotransaminasa (ALT) superiores a 500 UI/L) e ictericia.
La mayoría de los casos no presentaban fiebre. Los virus comunes que causan la hepatitis viral aguda (virus de la hepatitis A, B, C, D y E) no se han detectado en ninguno de estos casos. Según la información disponible actualmente, no se han identificado como factores los viajes internacionales o los vínculos con otros países.
Se han detectado adenovirus en al menos 74 casos, y del número de casos con información sobre pruebas moleculares, 18 se han identificado como F tipo 41. El SARS-CoV-2 se identificó en 20 casos de los que fueron sometidos a pruebas. Además, en 19 se detectó una coinfección de SARS-CoV-2 y adenovirus.
La OMS apunta que "todavía no está claro si se ha producido un aumento de los casos de hepatitis, o un aumento de la concienciación sobre los casos de hepatitis que se producen al ritmo esperado pero que no se detectan". "Aunque el adenovirus es una posible hipótesis, se está investigando el agente causante", precisan.
En Reino Unido, donde se han notificado la mayoría de los casos hasta la fecha, se ha observado un aumento significativo de las infecciones por adenovirus en la comunidad (especialmente detectadas en muestras fecales de niños) tras los bajos niveles de circulación anteriores a la pandemia de COVID-19. Países Bajos también ha informado de un aumento simultáneo de la circulación de adenovirus.
Sin embargo, la OMS explica que "debido a la mejora de las pruebas de laboratorio para el adenovirus, esto podría representar la identificación de un resultado raro existente que se produce a niveles no detectados anteriormente y que ahora se reconoce debido al aumento de las pruebas".
La OMS detalla que aunque el adenovirus es actualmente una de las hipótesis como causa subyacente, "no explica totalmente la gravedad del cuadro clínico". "La infección por el adenovirus de tipo 41, el tipo de adenovirus implicado, no se había relacionado anteriormente con este tipo de presentación clínica", puntualizan.
Los adenovirus son patógenos comunes que suelen causar infecciones autolimitadas. Se transmiten de persona a persona y suelen causar enfermedades respiratorias, pero dependiendo del tipo, también pueden causar otras enfermedades como gastroenteritis (inflamación del estómago o los intestinos), conjuntivitis (ojo rojo) y cistitis (infección de la vejiga).
Hay más de 50 tipos de adenovirus inmunológicamente distintos que pueden causar infecciones en los seres humanos. El adenovirus de tipo 41 suele presentarse con diarrea, vómitos y fiebre, a menudo acompañados de síntomas respiratorios. Aunque se han notificado casos de hepatitis en niños inmunodeprimidos con infección por adenovirus, no se sabe que el adenovirus de tipo 41 sea una causa de hepatitis en niños por lo demás sanos.
"Es necesario investigar más a fondo factores como el aumento de la susceptibilidad entre los niños pequeños tras un menor nivel de circulación de adenovirus durante la pandemia de COVID-19, la posible aparición de un nuevo adenovirus, así como la coinfección de SARS-CoV-2. Las hipótesis relacionadas con los efectos secundarios de las vacunas contra el COVID-19 no están actualmente respaldadas, ya que la gran mayoría de los niños afectados no recibieron la vacuna contra la COVID-19. Es necesario excluir otras explicaciones infecciosas y no infecciosas para evaluar y gestionar plenamente el riesgo", remacha la OMS.