MADRID, 28 Nov. (EUROPA PRESS) -
Un nuevo informe presentado este martes por el Programa Conjunto de las Naciones Unidas sobre el VIH (ONUSIDA) 'Let Communities Lead', muestra que se puede acabar con el sida como amenaza para la salud pública para 2030, pero "solo si las comunidades que están en primera línea reciben todo el apoyo que necesitan de gobiernos".
"Las comunidades de todo el mundo han demostrado que están preparadas, dispuestas y capacitadas para liderar el camino. Pero necesitan que se derriben las barreras que obstaculizan su labor y que se les dote de los recursos adecuados", ha afirmado Winnie Byanyima, directora ejecutiva de ONUSIDA. "Con demasiada frecuencia, los responsables de la toma de decisiones tratan a las comunidades como problemas que hay que gestionar, en lugar de reconocerlas y apoyarlas como líderes. Las comunidades no estorban, sino que iluminan el camino hacia el fin del sida", ha apuntado.
El informe, presentado en Londres durante un acto del Día Mundial del Sida organizado por la organización STOPAIDS, muestra cómo las comunidades han sido el motor del progreso.
La defensa comunitaria a todos los niveles, que va desde la sociedad civil hasta los decisores de políticas públicas, ha conseguido cambios revolucionarios. Las campañas de las comunidades han contribuido a abrir el acceso a los medicamentos genéricos contra el VIH, lo que ha dado lugar a reducciones drásticas y sostenidas del coste del tratamiento, que ha pasado de 25.000 dólares por persona y año en 1995 a menos de 70 dólares (63,7 euros) en muchos de los países más afectados por el VIH en la actualidad.
El estudio, llamado 'Let Communities Lead', demuestra que invertir en programas de VIH dirigidos por la comunidad aporta beneficios transformadores. En concreto, expone cómo los programas ejecutados por organizaciones comunitarias en Nigeria se asociaron con un aumento del 64 por ciento en el acceso al tratamiento del VIH, una duplicación de la probabilidad de utilización de los servicios de prevención del VIH y una cuadruplicación del uso sistemático del preservativo entre las personas en riesgo de contraer el VIH.
También señala cómo, entre los profesionales del sexo a los que llegó un paquete de servicios entre iguales en la República Unida de Tanzania, la tasa de incidencia del VIH se redujo a menos de la mitad (5% frente a 10,4%).
"Somos el vehículo para el cambio que puede acabar con las injusticias sistemáticas que siguen alimentando la transmisión del VIH. Hemos visto avances revolucionarios, hemos mejorado el acceso a los medicamentos y hemos hecho grandes progresos en la despenalización", ha afirmado Robbie Lawlor, cofundador de Access to Medicines Ireland.
Sin embargo, ha insistido en la falta de apoyo financiero. "Se supone que debemos luchar por un mundo más equitativo y que tenemos la misión de acabar con el estigma, pero se nos deja de lado en debates cruciales. Nos encontramos en un punto de inflexión. Las comunidades no pueden seguir relegadas a la periferia. Ha llegado la hora del liderazgo", ha concluido.