MADRID 12 Ago. (EUROPA PRESS) -
El Programa Conjunto de las Naciones Unidas sobre el VIH/Sida (ONUSIDA) advierte de que el número anual de nuevas infecciones por VIH en Europa oriental y Asia central sigue creciendo, estimándose que alcanzó los 140.000 diagnósticos en 2023, lo que supone un aumento del 20 por ciento de los casos desde 2010 y un incremento de las muertes de un 34 por ciento (44.000 en 2023).
Así se recoge en el informe 'La urgencia del ahora: El sida frente a una encrucijada', publicado recientemente. La región está lejos de alcanzar los objetivos para acabar con el sida en 2030. Cuatro países (Kazajstán, Rusia, Ucrania y Uzbekistán) registran el 92 por ciento de todos los nuevos casos de VIH de la región.
En 2022, el 94 por ciento de las nuevas infecciones por VIH se produjeron entre personas de grupos de población clave y sus parejas sexuales, y el 15 por ciento de las nuevas infecciones se produjeron entre profesionales del sexo.
Las prácticas inseguras de inyección de drogas son un factor clave en la epidemia de la región, representan el 27 por ciento de las nuevas infecciones por VIH. Aunque el 75 por ciento de los países mencionan los servicios de reducción de daños en sus políticas, hay una serie de obstáculos, como la penalización de la posesión de pequeñas cantidades de drogas para uso personal en casi la mitad (44%) de los países.
En 2022, el número de hombres homosexuales y hombres que tienen relaciones sexuales con hombres que contrajeron el VIH fue un 144 por ciento mayor que en 2010. Entre las personas que se inyectan drogas, las nuevas infecciones disminuyeron un 10 por ciento entre 2010 y 2022. En 2022, las cifras de nuevas infecciones por el VIH entre los profesionales del sexo y sus clientes aumentó un 74 por ciento y un 109 por ciento, respectivamente.
LA COBERTURA DEL VIH ES INSUFICIENTE
Según advierten desde ONUSIDA, la cobertura de los servicios relacionados con el VIH sigue siendo insuficiente en la región, especialmente para las personas pertenecientes a las poblaciones más afectadas por la epidemia.
Así, apenas el 58 por ciento de los profesionales del sexo, el 43 por ciento de los hombres homosexuales y otros hombres que tienen relaciones sexuales con hombres, el 52 por ciento de las personas que se inyectan drogas y el 65 por ciento de las personas transgénero declararon haber recibido al menos dos servicios de prevención del VIH en los últimos tres meses.
Los entornos legales restrictivos, el estigma y la falta de ampliación de las intervenciones contra el VIH para las poblaciones clave son los principales obstáculos. Sin embargo, ha habido algunos avances hacia las políticas de la vigilancia dirigida por la comunidad y la ampliación del uso de la contratación social para la prestación de servicios en algunos países.
en este sentido, los 16 países de la región de Europa del Este y Asia Central penalizan el trabajo sexual; 15 países penalizan la no revelación, exposición o transmisión del VIH; y siete países penalizan la posesión de pequeñas cantidades de drogas para uso personal.
Estas leyes, junto con la agresividad policial, la estigmatización y la discriminación, impiden que todas las personas --especialmente las pertenecientes a poblaciones clave-- acudan a los servicios de atención del VIH y otros servicios sanitarios. Además, los programas de pruebas y tratamiento están pasando por alto a un gran número de personas que necesitan terapia antirretroviral.
Por otro lado, menos de dos tercios (59%) de las personas seropositivas en 2023 sabían que lo eran y solo alrededor de la mitad de los 2,1 millones de personas que vivían con el VIH recibían tratamiento en 2023. Con un 84 por ciento de las personas seropositivas en tratamiento antirretrovírico con carga vírica suprimida, el porcentaje de todas las personas seropositivas con carga vírica suprimida fue el más bajo de todas las regiones, en torno al 42 por ciento.
VIH Y OTROS SERVICIOS SANITARIOS
"La respuesta al VIH en la región se produce en un contexto de guerra en Ucrania, conflictos armados y disturbios políticos en otros países, y cambios hacia una gobernanza represiva y la reducción del espacio cívico. A pesar de la guerra en Ucrania, con más de 5,9 millones de refugiados en países europeos y 3,4 millones de desplazados internos, Ucrania ha logrado mantener sus servicios relacionados con el VIH, en particular la prestación de terapia antirretrovírica en las zonas controladas por el Gobierno", aseguran desde ONUSIDA. Así, 143.591 personas seropositivas recibían tratamiento en 2023, una cifra cercana a la de antes de la invasión rusa.
La guerra en Ucrania y toda una serie de retos económicos y políticos en toda la región plantean riesgos a largo plazo para la respuesta al VIH y la respuesta del sistema sanitario en general, según la ONU. "La creciente epidemia de VIH en la región exige planes y acciones de sostenibilidad que hagan hincapié en entornos jurídicos propicios; prioricen la ampliación de la cobertura de prevención y tratamiento, especialmente para los grupos de población clave; faciliten y apoyen las intervenciones de la comunidad, e impulsen la financiación nacional", han concluido.