MADRID 1 Abr. (EUROPA PRESS) -
Las oficinas de ONUSIDA en distintos países están advirtiendo que los servicios de prevención primaria del VIH, que incluyen la distribución de preservativos, la profilaxis preexposición (PrEP) y labores de divulgación, se están viendo "profundamente afectados" por los recortes de financiación de Estados Unidos.
Según ha explicado ONUSIDA en su actualización semanal sobre el impacto de los recortes de fondos estadounidenses, los servicios de PrEP se ven "especialmente afectados" debido a su dependencia de la financiación americana. En la última semana, Benín, República Dominicana, Suazilandia, Etiopía, Indonesia, Kenia, Kazajistán, Malawi, Myanmar, República Dominicana, Ucrania y Zimbabue se han unido a la lista de países que han notificado interrupciones en sus servicios de PrEP a población vulnerable.
Mientras, en Panamá, los servicios de PrEP para poblaciones clave se restablecieron recientemente después de que el Ministerio de Salud se hiciera cargo de la distribución de los medicamentos para estos servicios. En Colombia, se está trabajando para continuar con el servicio de PrEP para los usuarios existentes.
A este respecto, ONUSIDA ha señalado que los países que recibían fondos de EEUU continúan adaptándose para dar respuesta al VIH. Muchos países han priorizado la continuación del tratamiento y los servicios del VIH para prevenir la transmisión vertical, es decir, de madre a hijo. En algunos casos, los programas nacionales contra el sida han solicitado u obtenido recursos nacionales adicionales para subsanar algunas de las deficiencias más graves.
En Nigeria, por ejemplo, el gobierno ha aprobado un nuevo presupuesto para la adquisición de medicamentos contra el VIH. A su vez, en Etiopía, han introducido un nuevo impuesto sobre la nómina como parte de las medidas para cubrir el déficit financiero provocado por los recortes de financiación estadounidense y los fondos recaudados se destinarán a un nuevo Fondo Etíope de Respuesta al Riesgo de Desastres para financiar proyectos previamente financiados por USAID.
En Kenia, el Ministerio de Salud ha colaborado con socios, incluyendo ONUSIDA, para desarrollar una herramienta de evaluación rápida que mida el impacto de los recortes a la financiación estadounidense y se ha priorizado el acceso yu distribución de productos de prevención. Pese a esto, varios servicios se han visto afectados y las existencias de preservativos son "alarmantemente bajas", algo que podría provocar un aumento de infecciones por VIH.
En Malawi, la profilaxis preexposición y el diagnóstico precoz infantil son los servicios que se están viendo más afectados. Asimismo, los servicios para comunidades de difícil acceso también se están viendo interrumpidos, lo que genera temores de un aumento en las interrupciones del tratamiento entre las personas con VIH.
La sociedad civil y las organizaciones comunitarias también desempeñan importantes funciones de monitoreo y promoción, a pesar de los importantes desafíos de financiación que enfrentan. Por ejemplo, en Ucrania, la semana pasada llegó un cargamento de medicamentos antirretrovirales procedente de Polonia, lo que garantizó la continuidad del tratamiento contra el VIH para unas 90.000 personas con VIH.
Las ONG están trabajando en Ucrania para movilizar fuentes alternativas de financiación de socios nacionales e internacionales. También han intensificado sus esfuerzos para monitorear las existencias de medicamentos contra el VIH, las interrupciones de los servicios y las violaciones de derechos humanos que afectan a las poblaciones clave.
Además, Benín, República Dominicana, Suazilandia, Etiopía, Myanmar y Panamá son algunos de los países que han notificado en la última semana el cierre de algunos centros de tratamiento u otras interrupciones de los servicios clínicos del VIH.