MADRID, 16 Abr. (EUROPA PRESS) -
Con motivo de la celebración de las reuniones anuales de primavera entre el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional (FMI) en Washington, ONUSIDA ha hecho un llamamiento a las entidades para que realicen inversiones mayores y sostenibles en la respuesta mundial al VIH y a otras amenazas para la salud.
"En un momento de múltiples crisis geopolíticas y económicas, la necesidad de hacer frente a las restricciones financieras que amenazan la lucha mundial contra el VIH y otras amenazas para la salud nunca ha sido mayor", ha asegurado la directora ejecutiva de ONUSIDA, Winnie Byanyima.
"En sus reuniones de primavera en Washington, los líderes financieros mundiales deben encontrar el valor para rechazar los llamamientos a una mayor restricción fiscal y adoptar medidas que puedan liberar las inversiones necesarias para salvar a millones de personas y transformar las vidas de los más vulnerables en todo el mundo, incluidas las mujeres y las niñas", ha añadido Byanyima.
Según ONUSIDA, mientras el mundo lucha por alcanzar muchos de los objetivos de salud establecidos en la Agenda de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas, las inversiones en la respuesta al VIH han reportado "extraordinarios beneficios a la humanidad". En este sentido, desde 2010, las muertes relacionadas con el sida han disminuido en un 51 por ciento en todo el mundo y las nuevas infecciones por el VIH se han reducido en un 38 por ciento.
Sin embargo, más de 9 millones de personas siguen esperando recibir la medicación contra el VIH que "les impida morir de sida", y en 2022 aún se produjeron 1,3 millones de nuevas infecciones por el VIH, informa ONUSIDA, que asegura que aumentar las inversiones en la respuesta al VIH "es crucial para llegar a todas las personas que necesitan tratamiento y evitar nuevas infecciones que no harán sino aumentar los costes futuros del tratamiento".
Sin embargo, desde la ONU recalcan que "existe un enorme déficit" en las inversiones mundiales necesarias para acabar con el sida como amenaza sanitaria mundial en 2030. En 2022 se disponía de un total de 20 800 millones de dólares (dólares constantes de 2019) para programas de VIH en países de ingresos bajos y medios, un 2,6 por ciento menos que en 2021 y muy por debajo de los 29.300 millones de dólares necesarios para 2025, apuntan.
En este aspecto, ONUSIDA recuerda que en muchos países con las pandemias de VIH más graves, el servicio de la deuda consume una parte cada vez mayor de los ingresos públicos y limita el gasto público. En Angola, Kenia, Malawi, Ruanda, Uganda y Zambia, las obligaciones del servicio de la deuda superan el 50 por ciento de los ingresos públicos.
El año pasado, en términos de PIB, Sierra Leona gastó 15 veces más en el servicio de la deuda pública que en sanidad, 7 veces más en el servicio de la deuda pública que en educación y 37 veces más en el servicio de la deuda que en protección social. En el caso de Angola, el servicio de la deuda fue 7 veces mayor que las inversiones en sanidad, 6 veces mayor que en educación y 14 veces mayor que en protección social, recuerdan desde la ONU.
Por todo ello, ONUSIDA sostiene que la reforma del sistema financiero mundial, incluida la cancelación de la deuda, la introducción de mecanismos de financiación más justos y asequibles y la reforma de la fiscalidad mundial, "es clave para liberar la financiación transformadora para la salud, la educación y la protección social que también se necesita para acabar con el sida como amenaza para la salud pública para 2030".