MADRID 29 Ene. (EUROPA PRESS) -
La XI edición de los Premios de Educación Médica 2018, convocados por la Cátedra de Educación Médica Fundación Lilly-Universidad Complutense de Madrid, han distinguido proyectos de humanismo médico y cooperación internacional.
En concreto, se ha reconocido el trabajo 'Una experiencia de formación integral desde las humanidades', presentado por el doctor Santiago Álvarez Montero, de la Universidad Francisco de Vitoria; y 'Formación de especialistas en Mozambique', una iniciativa impulsada por el doctor Luis López Rivero, de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria.
Asimismo, en una nueva categoría, el Premio a la Mejor Práctica Docente, los propios estudiantes de Medicina han propuesto la iniciativa 'Identidad Médica', de la doctora Leire Arbea Moreno, de la Universidad de Navarra.
"Los proyectos docentes premiados contribuyen a mejorar la formación integral del médico y su desempeño profesional, al mismo tiempo que ayudan a adquirir los valores propios de la profesión médica", ha señalado el director de la Fundación Lilly, José Antonio Sacristán, quien ha recordado que "la medicina centrada en el paciente y la formación en valores y competencias de comunicación están cada vez más presentes en el aprendizaje de Medicina, dos aspectos que se han visto reflejados en las iniciativas galardonadas".
El proyecto 'Una experiencia de formación integral desde las humanidades' ha sido distinguido en la categoría 'Premio al Mejor Proyecto en la Enseñanza de Grado' y se enmarca en el plan estratégico de humanización de la Universidad Francisco de Vitoria, que se está implantando en el grado de Medicina.
"Trabajamos en torno a la idea de una medicina centrada en la persona que incluye de forma preferente al paciente, pero también a todos los implicados en la práctica médica. Desde el punto de vista educativo, consiste en proporcionar una educación integral que contribuya a la formación personal y profesional de los alumnos", ha señalado Santiago Álvarez Montero.
Para ello, la universidad ha desarrollado un currículo con asignaturas específicas de Humanidades Médicas, de 1 a 4, y con actividades relacionadas con las humanidades en las asignaturas clásicas de 5 y 6. "Al igual que hablamos de una medicina centrada en la persona, también hablamos de una formación centrada en el alumno", ha señalado este profesor, quien ha añadido que "sin la formación en Humanidades en el Grado de Medicina puede suceder que no seamos capaces de responder adecuadamente a las necesidades de salud de las personas y de nuestra sociedad".
El 'Premio al Mejor Proyecto en la Enseñanza de Postgrado' ha sido otorgado a 'Formación de especialistas en Mozambique', un país que se encuentra en el lugar 181 entre los 188 países incluidos en la clasificación mundial del Índice de Desarrollo y que tan solo cuenta con 300 especialistas para los 25 millones de habitantes del norte y centro del país.
Impulsado por López Rivero, y amparado por la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo, la Consejería de Sanidad canaria y el Cabildo de Gran Canaria, esta iniciativa tiene como fin la formación de especialistas en este país, dotando a los licenciados en Medicina de las competencias y herramientas metodológicas necesarias para ejercer como especialistas.
"Su realidad social, económica y material es muy diferente a la nuestra, por lo que hemos tenido que adaptar el programa educativo. También su situación demográfica se diferencia mucho de la nuestra, ya que más del 50 por ciento de la población tiene menos de 16 años", ha indicado este profesor.
En la nueva categoría 'Premio a la Mejor Práctica Docente', los propios estudiantes de Medicina, a su juicio, han propuesto el mejor proyecto dirigido a maximizar los resultados en el proceso enseñanza-aprendizaje. Se trata de 'Identidad Médica', de la doctora Leire Arbea Moreno, de la Universidad de Navarra, y tiene como objetivo proporcionar a los alumnos herramientas personales para desarrollar de manera sólida y reflexiva una identidad profesional humana.
"A lo largo de los tres años que dura esta formación, van creando su propia identidad médica, centrada en el paciente. Además, se adquieren competencias comunicativas, de empatía, y también se orienta a que mejoren áreas del profesionalismo. La metodología empleada en el aula incluye role play, testimonios de pacientes, familiares y profesionales de la salud que acuden a la facultad a compartir experiencias con los alumnos, gamificación, reflexión con 'feedback' personalizado. Por ello, este proyecto logra la satisfacción tanto de alumnos como de docentes, y alimenta la parte humana de la medicina de los estudiantes", ha zanjado la doctora.