MADRID 31 Oct. (EUROPA PRESS) -
Los profesores Manuel Díaz-Rubio y José Luis Rodrigo López han recopilado los 'Epónimos en Cardiología' más utilizados en un libro editado por el Grupo CTO con la colaboración de la Fundación Española del Corazón (FEC).
"El trabajo de arqueología lingüística" realizado por Díaz-Rubio y Rodrigo López, es un ejemplo de investigación científica rigurosa que además ayuda a tender puentes entre diferentes épocas históricas y a valorar en su justa medida las aportaciones que cada una de ellas ha realizado a la Humanidad", ha aseverado la presidenta del Grupo CTO, Pilar Díaz.
Asimismo, en el prólogo del libro, el presidente de la FEC, Carlos Macaya, asegura que este trabajo contribuirá a aumentar el conocimiento de la Cardiología en su faceta histórica y recuerda que la evolución en el uso de epónimos ha ido de la mano de la epidemiología de muchas enfermedades.
"Dos con muchos epónimos cardiovasculares, la fiebre reumática y la sífilis, prácticamente han desaparecido, afortunadamente. Sin embargo, los problemas cardiovasculares más prevalentes en la actualidad, que son los derivados de la aterosclerosis y los degenerativos por la prolongada esperanza de vida, tienen una relativamente pobre expresión clínica en lo que a epónimos se refiere", señala Macaya.
Los epónimos comenzaron a ser muy empleados durante el siglo XIX y parte del XX y los países que más aportaron fueron Francia, Alemania, Inglaterra y Estados Unidos. De hecho, el síndrome de Brugada es el único cuyo origen se localiza en España entre los 69 términos que recoge la obra.
"La utilización de epónimos ha sido motivo en los últimos años de discusión. Diversos autores e instituciones defienden su empleo mientras que otras abogan por su desaparición", han asegurado los autores de este libro, cuyo objetivo ha sido rescatar una selección cuyo "conocimiento nos lleva a entender mejor los cambios que se producen continuamente en medicina y la pequeña historia de éstos".
Este libro es el tercero de la serie 'Epónimos en Medicina' dirigida por el profesor Díaz-Rubio, presidente de honor de la Real Academia Nacional de Medicina (RANM), que anteriormente centró su trabajo de investigación en las áreas de Gastroenterología y Neumología.
En esta ocasión, desgrana cada epónimo en varios apartados que incluyen una descripción inicial del mismo, una referencia al momento de su introducción, un estudio biográfico del personaje que hizo la aportación y la situación actual del término, ya sea marginal o de esplendor. Además, cada uno se acompaña de su correspondiente bibliografía básica y un número variable de fotografías, tanto del personaje que le cede el nombre como del artículo principal donde lo describe por primera vez.
Entre los epónimos recopilados hay enfermedades como las de Barlow, Chagas o Lev, síndromes como el de Dressler, Kounis o Romano-Ward, la tetralogía Fallot o el efecto Doppler. Además, también se han incluido algunos que son objeto de crítica como el haz de His, cuyo descubridor Wilhem His Jr defendió la eugenesia y la higiene racial, lo que hace que sus detractores prefieran usar el término de haz auriculoventricular.
"Uno de los argumentos de los detractores del uso de epónimos es que algunos términos llevan el nombre de profesionales que, aun reconociéndoles una descripción o hallazgo pionero, no fueron ejemplares en su actuación como médicos. Es el caso de quienes violaron la ética médica a lo largo de su vida o utilizaron de forma forzosa a pacientes para realizar sus aportaciones", han zanjado los autores.