MADRID 18 May. (EUROPA PRESS) -
Comer queso puede ayudar a preservar y mejorar el sistema inmune de los mayores, actuando como portador de las bacterias probióticas, según han descubierto un grupo de científicos de la Universidad de Turku (Findlandia) en un estudio publicado en 'FEMS Immunology & Medical Microbiology', que revela también que el consumo diario de queso probiótico ayuda a enfrentar los cambios del envejecimiento en el sistema inmune.
Según el autor principal de este trabajo, Fandi Ibrahim, "el envejecimiento de la población que se da en las sociedades modernas crea la necesidad de buscar caminos innovadores para frustrar el deterioro del sistema inmune como una prioridad". "La ingesta de bacterias probióticas mejora la respuesta inmune a través de otros productos y ahora hemos descubierto que el queso puede ser un portador de estas bacterias", ha explicado.
El equipo de Ibrahim cree que la ingesta diaria de queso probiótico puede frenar el deterioro asociado a la edad del sistema inmune, conocido como inmunosenectud. Este deterioro significa que el organismo es incapaz de matar a las células tumorales y que reduce la respuesta inmune a la vacunación y las infecciones. Las enfermedades infecciosas, los desórdenes inflamatorios crónicos y el cáncer son características de la inmunosenectud.
Para combatir la inmunosenectud, este equipo de investigadores se focalizaron en el tracto gastrointestinal, la entrada principal para bacterias en el cuerpo a través de la comida y la bebida, además del sitio donde el 70 por ciento de las vitales células de inmunoglobulina son creadas.
Los científicos pidieron a un grupo de voluntarios entre los 72 y los 103 años, todos de la misma residencia, que comieran o un trozo de placebo o una porción de queso gouda probiótico en el desayuno durante cuatro semanas. Después realizaron análisis de sangre para descubrir el efecto de las bacterias probióticas del queso sobre el sistema inmune.
Los resultados demostraron una clara mejora de la inmunidad natural y adquirida a través de la activación de las células sanguíneas NH y el incremento de la actividad fagocitante.
"El objetivo de este estudio era ver si baterias probióticas específicas del queso podían tener efectos beneficiosos sobre el sistema inmune de los mayores de una residencia. Hemos demostrado que la ingesta regular de queso probiótico puede mejorar el sistema inmune y su inclusión en la dieta mejora la respuesta inmune de los mayores a los cambios externos", concluyó.