MADRID, 22 Nov. (EUROPA PRESS) -
La Sociedad Española de Medicina de Urgencias y Emergencias (SEMES) advierte de que, en Urgencias, se atiende a un 20 por ciento más de pacientes de media (incluso un 30% en algunas Comunidades Autónomas) respecto a cifras de 2019, y la previsión es que estos datos "vayan en aumento".
Aseguran que "la situación es complicada e insostenible" desde 2019 y que "va en aumento sin que el Gobierno y las Comunidades Autónomas apliquen soluciones de futuro para el sistema sanitario". "Los servicios de Urgencias y Emergencias cada vez atienden a más pacientes como consecuencia de la situación en la atención primaria, y a esto se añade el hartazgo de estos profesionales ante la falta de reconocimiento de su especialidad médica, que ya es una excepción global", aseguran desde la sociedad médica.
En este sentido, el presidente de SEMES, el doctor Tato Vázquez, avisa al Gobierno y a las comunidades autónomas de la "necesidad inmediata" de la creación de la especialidad de Medicina de Urgencias y Emergencias "mediante una especialidad primaria, descartando fórmulas alternativas como un Área de Capacitación Específica (ACE), que supondrían un sobrecoste para el sistema injustificable, tanto desde el punto de vista médico, como económico, legal o ético".
De hecho, desde SEMES instan a comparar económicamente ambas opciones, donde se pone de manifiesto que la alternativa del ACE conllevaría un sobrecoste para cada Comunidad Autónoma de entre 90.746 y 226.864 euros por plaza de médico residente.
En este sentido, recuerdan que España constituye "una anomalía europea e internacional" al no tener reconocida la especialidad de medicina de urgencias y emergencias, ya que solo la tiene en el ámbito militar. "Los estudiantes que quieran ejercer en este ámbito o emigran o se ven forzados a estudiar otra especialidad (principalmente, medicina de familia) que nunca van a ejercer", recuerdan.
"Así, se permite una dinámica perversa de mal uso de recursos públicos, invirtiendo en la formación de médicos que van a acabar trabajando en otros países o en campos para los que no se han formado debidamente contribuyendo, además, a la inflación de médicos de familia, teniendo un número de médicos de familia irreal, ya que muchos de ellos pasan por la especialidad obligados y sin intención de ejercerla, aumentando con ello al déficit actual de médicos para los centros de salud", finalizan.