MADRID, 27 May. (EUROPA PRESS) -
La Organización Mundial de la Salud (OMS) asegura que encarecer el tabaco mediante una subida de impuestos es la medida más eficaz para combatir el tabaquismo. No en vano, afirman que si las tasas subieran un 50 por ciento de media en todos los países habría unos 49 millones de fumadores menos y se evitarían unas 11 millones de muertes.
Con motivo del Día Mundial sin Tabaco que se celebrará este sábado 31 de mayo, la Oficina Regional en Europa de este organismo de Naciones Unidas ha centrado su atención en la importancia de subir los impuestos de estos productos, de modo que representen un 75 por ciento de su precio de venta. Algo que actualmente ya han conseguido 26 de los 53 países de la región europea.
"Los impuestos no son populares pero son nuestro mejor aliado para salvar vidas a través del control del tabaco. En 26 países los impuestos representan el 75 por ciento de su precio de venta y a los otros 27 les pedimos que tomen ejemplo", ha defendido Zsuzsanna Jakab, directora de la OMS para Europa.
Las consecuencias positivas serían inmediatas, advierte este organismo, ya que con solo aumentar el precio un 10 por ciento se puede reducir el número de fumadores un 4 por ciento en países de ingresos altos y hasta un 5 por ciento en países más pobres.
Este incremento de precios vía impuestos suele afectar a las personas con menos recursos, principalmente los jóvenes, ya que su consumo se reduciría entre 2 y 3 veces más rápidos que en la población adulta. De hecho, un estudio realizado en 2010 reveló que subir el precio un 10 por ciento haría que las ventas en adolescentes cayeran hasta un 18 por ciento.
Y además de esta reducción del consumo, los gobiernos nacionales podrían aumentar también sus ingresos y podrían dedicarlo a combatir algunas de las enfermedades derivadas del tabaquismo, como el cáncer o las enfermedades cardiovasculares.
En cuanto a los beneficios para la salud, la OMS recuerda que tan sólo un año después de dejar de fumar su riesgo de enfermedad coronaria se reduce a la mitad, mientras que el riesgo de ictus se logra revertir después de entre 5 y 15 años, como si no hubiera fumado nunca.
De igual modo, a los 10 años de dejar el tabaco el riesgo de cáncer de pulmón cae también a la mitad, al tiempo que también se reducen las probablilidades de sufrir otros tumores como de boca, garganta, esófago, vejiga o páncreas.
De hecho, la OMS ha puesto como ejemplo el caso de Turquía, donde los impuestos han subido un 84,2 por ciento desde 2008 y como consecuencia, se ha reducido un 13 por ciento el consumo del tabaco; o Francia, que también aumentó los impuestos entre 1990 y 2005 y con ello logró reducir las ventas en más de un 50 por ciento. Y, como consecuencia, la mortalidad asociada al tabaquismo se redujo un 50 por ciento desde 1996.