MADRID, 18 Dic. (EUROPA PRESS) -
La Red de Atención a las Adicciones UNAD y el Grupo Social Lares han dado a conocer el 'Libro Blanco de las adicciones en personas mayores', con el objetivo de aumentar el conocimiento y la visibilidad de las drogodependencias presentes en edades avanzadas, teniendo en cuenta la perspectiva de género.
El libro, que aspira a convertirse en referente para profesionales, responsables de políticas públicas y otras personas interesadas, es el resultado de dos años de investigación por parte de ambas redes, que, además de datos cuantitativos, incorpora una serie de historias de vida. Estos relatos muestran los factores de riesgo y consecuencias físicas, emocionales y sociales que enfrentan estas personas y, en especial, las mujeres.
Durante la presentación del manual, la vicepresidenta de UNAD, Felisa Pérez Antón, ha recordado que, en España, el envejecimiento de la población y el aumento de la esperanza de vida hace que el número de personas mayores que viven con adicciones sea más elevado.
Por su parte, el secretario general del Grupo Social Lares, Fernando Mosteiro Alonso, ha declarado que la finalidad de esta edición es, además, "dar voz a las personas protagonistas, sus diferentes etapas vitales y las encrucijadas de éstas con las adicciones presentes o pasadas".
DIFERENCIAS ENTRE HOMBRES Y MUJERES
La parte cuantitativa del trabajo desvela que en España las personas mayores, en general, presentan tasas de menor consumo en comparación con la población general, salvo en lo que tiene que ver con la farmacología.
De las personas encuestadas, el 55,1 por ciento tomó ansiolíticos y/o antidepresivos en el último año; el 52 por ciento declaró haber consumido alcohol; el 45 por ciento jugó con dinero; y el 9,9 por ciento había consumido sustancias ilegales (marihuana, cocaína, éxtasis, anfetaminas y heroína) en el último año. Sólo atendiendo a las sustancias farmacológicas se observa un mayor consumo en las mujeres.
No obstante, el análisis cualitativo, realizado a través de entrevistas a personas mayores de entre 55 y 90 años con consumos problemáticos vinculados al juego, el alcohol y otras sustancias ilegales, manifiesta que entre los hombres y las mujeres mayores con adicciones existen diferencias significativas a la hora de actuar, pensar y sentir.
En cuanto a las experiencias vitales, las mujeres declararon haber tenido una infancia difícil, con experiencias traumáticas que las han acompañado a lo largo de su vida, en comparación con los hombres, quienes señalaron haber tenido una infancia feliz.
Por su parte, en el ámbito de las motivaciones que les llevaron a consumir, ellas lo relacionaron con el entorno, mientras que los hombres lo vincularon con un tema social, incluso con el éxito.
En cuanto a los estigmas, el estudio revela que las mujeres sufren una mayor penalización social por el hecho de ser mujeres y consumir. En este punto, se observa que las mujeres señalan que la relación con sus hijos o hijas es, en general, negativa debido a sus experiencias con la adicción. Precisamente es aquí donde aparece un estigma relacionado con la adicción y la maternidad, mientras que en los hombres esto no sucede.
En base a estos datos, el Libro Blanco recoge una serie de propuestas para mejorar la atención de estas personas que pasan por formar a profesionales en envejecimiento y adicciones, crear recursos específicos, adaptar los ya existentes desde una perspectiva integral, realizar terapias de apoyo psicológico de mayor duración y frecuencia, así como crear protocolos para la atención de las entidades y fomentar el estudio y la investigación en este ámbito, poniendo el foco en las mujeres.