MADRID, 3 Ago. (EUROPA PRESS) -
El virus del COVID-19, el SARS-CoV-2, presenta al menos seis cepas. A pesar de sus mutaciones, el virus muestra poca variabilidad, y esto es una buena noticia para los investigadores que trabajan en una vacuna viable, según los resultados del estudio más extenso jamás realizado sobre la secuenciación del SARS-CoV-2.
Los investigadores de la Universidad de Bolonia (Italia) se basaron en el análisis de 48.635 genomas de coronavirus, que fueron aislados por investigadores en laboratorios de todo el mundo. De esta forma, los investigadores pudieron cartografiar la propagación y las mutaciones del virus durante su viaje a todos los continentes.
Los primeros resultados son alentadores. El coronavirus presenta poca variabilidad, aproximadamente siete mutaciones por muestra. La gripe común tiene una tasa de variabilidad que es más del doble. "El coronavirus presumiblemente ya está optimizado para afectar a los seres humanos, y esto explica su bajo cambio evolutivo. Esto significa que los tratamientos que estamos desarrollando, incluyendo una vacuna, podrían ser efectivos contra todas las cepas del virus", explica Federico Giorgi, coordinador del estudio, que se ha publicado en la revista 'Frontiers in Microbiology'.
Actualmente, hay seis cepas de coronavirus. La original es la cepa L, que apareció en Wuhan en diciembre de 2019. Su primera mutación, la cepa S, apareció a principios de 2020, mientras que, desde mediados de enero de 2020, se encuentran las cepas V y G. Hasta la fecha, la cepa G es la más extendida: mutó en las cepas GR y GH a finales de febrero de 2020.
"La cepa G y sus cepas relacionadas GR y GH son, con mucho, las más extendidas, representando el 74 por ciento de todas las secuencias de genes que hemos analizado. Presentan cuatro mutaciones, dos de las cuales son capaces de cambiar la secuencia de la ARN polimerasa y las proteínas 'Spike' del virus. Esta característica probablemente facilita la propagación del virus", detalla el científico.
Observando el mapa de coronavirus, se comprueba que las cepas G y GR son las más frecuentes en toda Europa e Italia. De acuerdo con los datos disponibles, la cepa GH parece cercana a la inexistencia en Italia, mientras que se produce con mayor frecuencia en Francia y Alemania. Esto parece confirmar la eficacia de los métodos de confinamiento de los últimos meses.
En América del Norte, la cepa más extendida es la GH, mientras que en América del Sur se da la cepa GR con mayor frecuencia. En Asia, donde la cepa Wuhan L apareció inicialmente, la propagación de las cepas G, GH y GR está aumentando. Estas cepas aterrizaron en Asia solo a principios de marzo, más de un mes después de su propagación en Europa.
A nivel mundial, las cepas G, GH y GR están en constante aumento. La cepa S se puede encontrar en algunas áreas restringidas en Estados Unidos y España. Las cepas L y V están desapareciendo gradualmente.
Además de estas seis cepas principales de coronavirus, los investigadores identificaron algunas mutaciones poco frecuentes que, por el momento, no son preocupantes pero que, sin embargo, deben ser monitoreadas. "Las mutaciones genómicas poco frecuentes son menos del 1% de todos los genomas secuenciados. Sin embargo, es fundamental que las estudiemos y analicemos para poder identificar su función y controlar su propagación. Todos los países deberían contribuir a la causa dando acceso a los datos sobre las secuencias del genoma del virus", concluyen.