MADRID, 10 Feb. (EUROPA PRESS) -
La prescripción de un medicamento depende del médico y su dispensación, del farmacéutico, mientras que son los pacientes "los responsables de comprender y cumplir el tratamiento que nos indican y las pautas de los profesionales sanitarios", apunta el doctor Manuel Escolar, responsable del Departamento Médico de Cinfa.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), solo la mitad de los pacientes toma los fármacos de forma correcta. Como explica el Escolar, "un uso responsable de un medicamento es el que permite lograr su fin: curar y reparar la salud de las personas, pero también evitar consecuencias negativas, como efectos secundarios, interacciones no deseadas o pérdida de eficacia (resistencias a la enfermedad), así como frenar un coste personal, social y sanitario innecesario".
Actualmente, las cifras de incumplimiento de los tratamientos son altas, sobre todo en patologías muy frecuentes como la hipertensión arterial, el colesterol alto o la diabetes. Por ejemplo, en la enfermedad vascular, se calcula que hay un 39% de abandono de los medicamentos indicados por el médico de familia y un 22% de los prescritos por los especialistas.
"Es muy importante que el plan de tratamiento sea negociado entre el profesional sanitario y el paciente. Esto significa que, por ejemplo, este debe informar a su médico de cuándo le viene mejor tomar el fármaco, su nivel de ejercicio, dietas que sigue, etc. Ello facilitará su adherencia al tratamiento o, dicho en otras palabras, le ayudará a seguirlo de la manera más completa y fiel posible a las instrucciones", explica Escolar.
Así mismo, como concluye el experto de Cinfa, "debemos esforzarnos por explicar a nuestro médico los síntomas o los medicamentos que tomamos y no olvidarnos de datos relevantes, lo que resulta muy habitual entre las personas mayores".
"Tan importante es comunicar correctamente todo esto al médico, como estar seguir sus indicaciones respecto al tratamiento o los cambios en nuestro estilo de vida", concluye el experto.
PRINCIPALES ERRORES A LA HORA DE TOMAR UN MEDICAMENTO
Así, según señala, uno de los primeros errores que comete la población a la hora de tomar un medicamento es no participar antes de su dispensación en la decisión de tomar uno u otro fármaco. A su juicio, "es indispensable que el ciudadano tome parte en las decisiones relacionadas con su salud y enfermedades, que hable y consulte sus dudas con el médico o farmacéutico y que entienda y esté de acuerdo con el tratamiento establecido, incluyendo los cambios en su alimentación, ejercicio y otros hábitos".
Es el médico el que decide porque es quién sabe qué se necesita, es el médico de cabecera o el especialista correspondiente el encargado de recetar el medicamento que se ajuste a la dolencia. "Debemos seguir siempre sus indicaciones y pautas de medicación en cuanto a dosis y tratamiento y no suspenderlo sin motivo justificado. Lo mejor es que el profesional, además de dar información de forma oral, la ponga también por escrito", señalan.
Por otro lado, recuerdan la importancia de adquirir siempre la medicación en la farmacia, ya que "la compra de medicamentos en otros establecimientos o en Internet no garantiza su seguridad y calidad"; asimismo, antes de usar el fármaco que prescrito, hay que reconocer e incluso aprender su nombre, tanto el comercial como el del principio activo.
"También hemos de saber cuándo, cómo y durante cuánto tiempo tomarlo, y las interacciones que presenta -alimentos, bebidas y otros medicamentos que deben evitarse al tomar dicho producto-. Tampoco está de más averiguar las consecuencias en caso de no seguir al pie de la letra las indicaciones del médico", afirman.
Prepara un botiquín adecuado, es otro de los consejos. "El almacenaje del fármaco debemos hacerlo en función de su naturaleza, pero siempre en un botiquín especialmente destinado a la medicación, donde no haya otros productos como cosméticos o artículos de limpieza y en un lugar sin humedad, con una temperatura adecuada y situado fuera del alcance de los niños", explican.
A la hora de guardar el medicamento, se debe de hacer en su envase original y conservando también su prospecto para poder consultar en todo momento la posología u otra información importante. "También nos ayudará a identificarlo acertadamente si surge alguna ingesta accidental o reacciones adversas", señala.
No se debe sacar el fármaco del blíster y dejarlo suelto en el bolso, por ejemplo, o en la cocina, ya que puede verse dañado. En caso de múltiples medicamentos y, sobre todo, en ancianos o pacientes con alguna discapacidad, es aconsejable el uso de pastilleros que nos ayuden a organizar los distintos comprimidos, cápsulas, etc.
Hay que atender a las indicaciones de uso. En general, las pastillas deben ingerirse enteras, ya que no es aconsejable triturar los comprimidos si no se indica específicamente en el prospecto. Y seguiremos las indicaciones sobre si deben tomarse con o sin alimentos, por la mañana o por la noche. En cuanto a los fármacos líquidos, lo mejor es usar siempre los dosificadores que vienen en el envase.
Por otro lado, hay que tener en cuenta que algunos medicamentos pueden producir efectos secundarios como somnolencia, reducción de reflejos, aturdimiento y confusión o calambres en los músculos, que hay que tener en cuenta. Si vamos a conducir tras tomar dicho fármaco o si nuestra actividad laboral tiene que ver con el manejo de maquinaria, hemos de extremar las precauciones.
Finalmente, recomienda establecer un calendario de medicación para evitar despistes, asociar la toma con una tarea cotidiana o programar una alarma en el móvil para recordar tomar nuestros medicamentos.