MADRID 25 Oct. (EUROPA PRESS) -
Un 30 por ciento de pacientes no toman la medicación que se les ha prescrito un año después de haber sufrido un infarto de miocardio, lo que puede incrementar el riesgo de sufrir complicaciones cardiovasculares, reingresos hospitalarios e incluso la muerte, según un estudio presentado en el Congreso SEC24 de la Salud Cardiovascular.
La Sociedad Española de Cardiología (SEC) ha recordado en un comunicado que la prescripción de estos medicamentos tienen el objetivo de evitar que ocurra otro evento cardiovascular, como la formación de nuevos trombos en las arterias del corazón.
En ese sentido, la SEC ha señalado que el incumplimiento terapéutico muestra un incremento de entre el 12 y el 25 por ciento de la mortalidad, aumentando al 56 por ciento en el caso de los fármacos antihipertensivos IEACAs/Ara-II.
"Sin adherencia no hay eficacia terapéutica", han manifestado los autores del estudio, realizado por investigadores del Hospital Universitario 12 de Octubre, la Universidad Complutense de Madrid y el Centro Español de Investigación Farmacoepidemiológica, que han apostado por una "educación de calidad".
Los investigadores han llegado a la conclusión de que los pacientes son más propensos a consumir algunos grupos de fármacos que otros, algo que podría explicarse por la aparición de efectos adversos, que en algunos casos pueden ser molestos para los pacientes, como el dolor muscular en el caso de las estatinas o de la aparición de sangrados superficiales en el caso del ácido acetilsalicílico.
"De acuerdo con nuestros datos, los pacientes son más adherentes a las estatinas (fármacos para bajar el colesterol) que a aquellos que impiden la formación de nuevos trombos, como el ácido acetilsalicílico", ha explicado Guillermo Moreno Muñoz, primer firmante del estudio.
También existen diferencias por sexo en la adherencia a estos fármacos, siendo la de las mujeres entre el 63,8 y el 83,1 por ciento, frente a la horquilla de entre un 50,3 y un 79,2 por ciento en los hombres, aunque Moreno ha restado importancia a estas debido a que las mujeres han sufrido una falta de representación durante la elaboración.
"En cualquier caso, es necesario que hagamos estudios de naturaleza cualitativa para tener información real de los verdaderos motivos que empujan a los pacientes a no tomar la medicación", ha puntualizado.
El estudio GENAMI de la Agencia de Investigación de la SEC permitirá "confirmar o refutar" estos datos en una población más amplia y representativa, en la que la participación de hombres y mujeres será la misma, por lo que lograrán "información adicional más precisa" para conocer estas diferencias de adherencia, según Moreno.
Por su parte, el doctor Héctor Bueno, que lidera el estudio GENAMI, acabará por dar las conclusiones definitivas del estudio, pues evaluará "evaluar si existen diferencias entre mujeres y hombres en el nivel de adherencia a los tratamientos farmacológicos y no farmacológicos en pacientes que han sufrido un infarto agudo de miocardio, tomando en consideración los factores biológicos, farmacológicos y sociales".