Los hematólogos celebran la llegada de nuevas terapias más eficaces pero temen que no puedan aplicarse por su elevado precio
MADRID, 15 Sep. (EUROPA PRESS) -
Los linfomas engloban a unos 30 tipos diferentes de tumores hematológicos que afectan cada año a más de 6.000 personas en España, pero gracias a la aparición de nuevas terapias hasta el 60 por ciento de los casos tienen cura, según datos de la Sociedad Española de Hematología y Hemoterapia (SEHH) presentados con motivo del Día Mundial de la enfermedad que se celebra este jueves, 15 de septiembre.
Estos tumores se originan generalmente en los nódulos o ganglios linfáticos y están producidos por la proliferación maligna de los linfocitos, células defensivas del sistema inmune, lo que acaba provocando una progresiva merma en su funcionamiento.
En los últimos años ha mejorado considerablemente el conocimiento de los linfomas gracias al uso de nuevas técnicas de imagen, lo que ha permitido establecer diferentes tipos y subtipos a los que tratar de forma específica mediante terapias que mejoran la eficacia y calidad de vida de estos pacientes.
"Hace 30-40 años los veíamos evolucionar negativamente, sin poderles ofrecer un tratamiento, pero hoy hay gran variedad de posibilidades, incluso de curarse", ha destacado José María Moraleda, presidente de la SEHH.
Además, se están probando nuevos tratamientos diseñados para atacar a vías específicas de las células malignas que, cuando estén autorizados, pueden tener un impacto "muy importante" para los pacientes.
Aunque todavía es pronto para saber si estos fármacos tendrán un impacto significativo en la mejora de la supervivencia, ha añadido Dolores Caballero, coordinadora del Grupo Español de Linfomas y Trasplantes de Médula Ósea (GELTAMO), sí se ha visto que "permiten retrasar la progresión de la enfermedad o que respondan en pacientes en los que no funcionaban otras terapias". Y si la respuesta es completa, ha añadido, evitará el riesgo de futuras recaídas.
Y aunque la quimioterapia sigue siendo eficaz contra estos tumores, ahora puede combinarse con estos nuevos fármacos y "en algunos casos incluso podría dejar de usarse", ha avanzado esta experta.
Por todo ello, ambos expertos coinciden en la necesidad de que las administraciones racionalicen los recursos y temen que, de lo contrario, no puedan aplicarse de manera uniforme en todos los pacientes.
LOS NUEVOS FÁRMACOS TENDRÁN UN IMPACTO ECONÓMICO
"Su llegada tendrá un impacto económico, como todos", ha destacado el presidente de la SEHH, que por ello aboga por un uso racional de los recursos, evaluar el equilibrio beneficio-riesgo de los tratamientos y mejorar la colaboración entre los profesionales que participan en el tratamiento integral del linfoma, ya que "hay casos en los que puede ser preferible no tratar y vigilar cómo evoluciona mientras que, en otros, hay que tratar de forma inmediata".
Otra de las mejoras pendientes está el acortar el tiempo que transcurre desde la aparición de los primeros síntomas y el diagnóstico definitivo, lo que hace que haya pacientes que vivan un "largo peregrinaje" hasta que son tratados, según ha denunciado Begoña Barragán, presidenta de la Asociación Linfoma, Mieloma y Leucemia (AEAL).
Asimismo, también ha pedido una mayor implicación de los pacientes para comprender su enfermedad y saber qué tipo de linfoma tienen ya que, según ha insistido, eso es clave en el cumplimiento con el tratamiento.