MADRID, 18 Oct. (EUROPA PRESS) -
El 61 por ciento de los pacientes que ingresan en Medicina Interna ya son crónicos complejos y un 40 por ciento son pluripatológicos, según datos de un estudio, realizado en el seno del Grupo de Paciente Pluripatológico y Edad Avanzada de la Sociedad Española de Medicina Interna (SEMI).
Las patologías más prevalentes de los pacientes crónicos complejos con pluripatología que ingresan en los Servicios de Medicina Interna son las enfermedades cardíacas (68%), seguidas de la enfermedad renal crónica (49%), las enfermedades neurológicas (43%) y las respiratorias (32%). Además, el 60 por ciento tienen un grado elevado de dependencia para las actividades básicas de la vida diaria (ABCV).
"Esta población tiene una la elevada mortalidad durante los ingresos y, en el seguimiento clínico, una baja calidad de vida relacionada con la salud percibida y alta prevalencia de dependencia de la persona cuidadora. Presenta una especial susceptibilidad y fragilidad clínica que conlleva la frecuente demanda de atención", recuerda la doctora Pilar Román Sánchez, médico internista miembro de SEMI y coordinadora de la IX Reunión Pacientes Crónicos Complejos, que ha tenido lugar recientemente.
Según se ha puesto de relieve en la reunión, el perfil de los pacientes crónicos complejos y pluripatológicos hospitalizados en los servicios de Medicina Interna ha cambiado en los últimos años. "Ahora tienen más edad, más deterioro funcional, dependencia y una estratificación pronóstica de mayor riesgo", indica la doctora Pilar Cubo Romano, coordinadora del Grupo de Paciente Pluripatológico y Edad Avanzada de la SEMI y jefa de Servicio de Medicina Interna del Hospital Universitario Infanta Cristina de Parla.
"Cada paciente debería tener un plan individualizado y compartido entre los distintos niveles asistenciales que promocione el empoderamiento del propio paciente o su cuidador y especifique las actuaciones a realizar en caso de alarma por posible descompensación", explica la doctora.
En estos pacientes, además, añade Román, "es importante evitar la hospitalización en lo posible ya que está demostrada la pérdida de funcionalidad que se produce durante las hospitalizaciones; promover programas de atención específica durante el ingreso para evitar el deterioro funcional y evitar la fragmentación en múltiples consultas que aumenta el número visitas al hospital en detrimento de la calidad de vida y el riesgo de polifarmacia".
También se puso el foco durante la reunión en que "es preciso impulsar la coordinación y la continuidad asistencial entre diferentes niveles asistenciales, atención primaria y centros sociosanitarios, para mejorar la calidad de la asistencia de estos pacientes, sobre todo en las transiciones asistenciales". Por ejemplo, la situación tras el alta hospitalaria es un momento especialmente crítico en el que debe existir una adecuada coordinación para recuperar la pérdida de reserva funcional que se produce durante el ingreso.