MADRID, 14 Ago. (INFOSALUS) -
Si sufres de dolor de espalda, probablemente hayas probado ya una o dos formas de aliviarlo. La variedad de opciones, desde no hacer nada en absoluto hasta llegar a la cirugía, es bastante extensa. Pero esta abundancia de posibilidades también representa un reto.
Según señalan desde la web dirigida a pacientes de la Escuela de Medicina de Harvard en Estados Unidos, antes de decidir un tipo de tratamiento u otro, ten en cuenta estos cuatro aspectos:
1. Identifica el tipo de trastorno de espalda que sufres: es el primer y más importante paso para descubrir cómo tratarlo mejor. Aunque existen muchas opciones, no todas son apropiadas para tu dolor específico de espalda.
2. Si sufres de dolor de espalda por primera vez o sufres una recaída: busca consejo de un especialista de la salud bien recomendado, certificado y con experiencia. Podría ser un internista, médico de familia, ortopedista, reumatólogo, neurólogo, neurocirujano o médico rehabilitador.
3. Sé un participante activo en tu salud: aprende cuanto puedas sobre los riesgos y beneficios de los tratamientos que te estás planteando. Sé claro sobre tus objetivos de tratamiento. Quizás no intentes escalar una montaña pero sí tienes pendiente un viaje que deseas hacer desde hace mucho y disfrutar de las vistas de la Torre Eiffel.
4. No tengas miedo de preguntar: si un profesional de la salud recomienda un tratamiento invasivo, experimental o caro, ten en cuenta buscar una segunda opinión de un médico que esté acostumbrado a tu dolencia en concreto.
Cómo decidas gestionar el dolor de tu espalda dependerá finalmente de muchas cosas. Tener en cuenta todos estos factores te ayudará a ti y a tu médico a determinar cuáles de las opciones existentes es la adecuada en tu caso.
¿DESCANSO EN CAMA PARA EL DOLOR DE ESPALDA?
El descanso en cama, una vez parte esencial del tratamiento del dolor de espalda, tiene un papel limitado en la curación de las espaldas doloridas, señalan los especialistas de Harvard en otra entrada de su blog para pacientes. En muy pequeñas dosis, el descanso en cama puede proporcionarte un descanso cuando estar de pie o sentado causa dolor grave. Demasiado puede hacer que el dolor de espalda empeore. Aquí se presenta cómo descansar en cama de forma adecuada.
Para conseguir los mejores beneficios de estar en cama, limita el tiempo en que estás tumbado a unas pocas horas de un tirón, y por no más de un día o dos. Puedes descansar en una cama o sofá, en cualquier posición confortable.
Para aliviar la tensión en tu espalda, intenta poner almohadas bajo tu cabeza y entre tus rodillas cuando te tumbes de lado, bajo tus rodillas cuando te tumbes sobre tu espalda o bajo tus caderas cuando te tumbes sobre tu estómago. Estas posiciones reducen las fuerzas que estar sentado o de pie imponen sobre tu espalda, en especial sobre los discos, ligamentos y músculos.
Un periodo amplio de descanso en cama no es de ayuda para el dolor moderado de espalda en ninguna fase de terapia. Aunque tu espalda pueda sentirse algo mejor a corto plazo, demasiado tiempo en cama puede desencadenar otros problemas.
Los músculos pierden condición y tono, puedes desarrollar problemas digestivos como estreñimiento y existe algún riesgo de desarrollar coágulos sanguíneos en las venas de pelvis y piernas.
Además, estar en un descanso en cama prolongado no ayuda en nada a la salud mental y a la sensación de bienestar. La depresión, así como un mayor sentido de debilidad física y malestar general, es común entre las personas que están confinadas en cama.
Sobre volver a la actividad lo antes posible, ensayos clínicos bien diseñados sugieren que un regreso temprano a las actividades normales, con algo de descanso si se necesita, es mejor que estar en casa de baja laboral por un periodo amplio de tiempo.