MADRID, 1 Mar. (EUROPA PRESS) -
Cuando los pacientes con COVID-19 llegan a Urgencias, los médicos disponen de relativamente pocas formas de predecir cuáles son más propensos a requerir cuidados intensivos y cuáles tienen más probabilidades de disfrutar de una rápida recuperación. Ahora, un estudio de la Universidad de Yale (Estados Unidos) ha idenfificado una serie de biomarcadores asociados a la activación de los glóbulos blancos y a la obesidad que pueden predecir la gravedad graves de estos pacientes.
"Los pacientes con niveles elevados de estos marcadores tenían muchas más probabilidades de requerir cuidados en la unidad de cuidados intensivos, necesitar ventilación o morir a causa de su COVID-19", explica Hyung Chun, autor principal de la investigación, que se ha publicado en la revista científica 'Blood Advances'.
Anteriormente, algunos estudios de laboratorio habían identificado posibles indicadores de COVID-19 grave, como los niveles de dímero D, una medida de la coagulación de la sangre, y los niveles de proteínas conocidas como citoquinas, que se liberan como parte de las respuestas inflamatorias del organismo. Sin embargo, hasta ahora ningún marcador de laboratorio podía predecir qué pacientes con COVID-19 acabarían enfermando gravemente antes de mostrar los signos y síntomas clínicos de la enfermedad grave.
Para el nuevo estudio, los investigadores utilizaron un perfil proteómico (una búsqueda de múltiples proteínas en la sangre) para analizar muestras tomadas de 100 pacientes que acabarían experimentando diferentes niveles de gravedad de la COVID-19. En todos los casos, las muestras de sangre se recogieron el primer día de ingreso de los pacientes. Los investigadores también analizaron los datos clínicos de más de 3.000 pacientes adicionales con COVID-19 dentro del sistema del Yale New Haven Hospital.
Descubrieron que cinco proteínas (resistina, lipocalina-2, HGF, IL-8 y G-CSF) asociadas a los neutrófilos, un tipo de glóbulo blanco, estaban elevadas en los pacientes con COVID-19 que posteriormente enfermaron gravemente. Muchas de estas proteínas se habían asociado previamente a la obesidad, pero no a la COVID-19 ni a otras enfermedades víricas.
En particular, los biomarcadores de neutrófilos elevados en los pacientes que acabarían experimentando síntomas más graves eran evidentes antes de que éstos aparecieran. Todos los pacientes con COVID-19 que fueron ingresados o trasladados a la UCI tenían elevados los marcadores de activación de neutrófilos, mientras que estos biomarcadores se mantuvieron bajos en los pacientes que nunca desarrollaron una enfermedad grave. Ninguno de los pacientes con niveles más bajos de biomarcadores de neutrófilos murió.
"Esta es una de las primeras demostraciones de que un conjunto de biomarcadores en la sangre de los pacientes con COVID puede predecir el eventual ingreso en la UCI, incluso antes de que dichos pacientes se pongan en estado crítico", comenta otro de los autores del estudio, Alfred Lee.
Según los investigadores, el conocimiento temprano de estos indicadores podría mejorar significativamente el tratamiento de los pacientes. "Si se pudiera solicitar una prueba diagnóstica [para estos biomarcadores] de forma temprana, podría darnos una mejor idea de quiénes tienen más probabilidades de enfermar gravemente y se beneficiarán de un mayor nivel de atención y de la consideración de las terapias que afectan al sistema inmunitario en una fase temprana de su hospitalización. Muchos de estos fármacos conllevan posibles efectos secundarios, y estas pruebas pueden ayudar a identificar a los pacientes que más se beneficiarían", señala Chun.