MADRID, 30 Mar. (EUROPA PRESS) -
El especialista en Anestesiología del Hospital Universitario Sanitas La Moraleja y director del Curso Anestesia Inhalatoria, Jorge Puertas Domínguez, ha asegurado que la anestesia inhalatoria incrementa la seguridad del paciente en todo tipo de cirugías.
Se trata de la aplicación por vía aérea de gases halogenados que producen la inducción del sueño en el paciente que va a someterse a un proceso quirúrgico. De esta manera, se consiguen resultados "muy positivos" que reducen los efectos secundarios de la sedación, como el despertar intraoperatorio, y favorece la recuperación del paciente tras la cirugía.
"Esta técnica emplea un gas llamado sevofluorano que no produce irritación pulmonar y que puede aplicarse en cualquier tipo de cirugía. Está indicada tanto para cirugías ambulatorias como para procesos más complejos que requieren la hospitalización del paciente y es perfectamente compatible tanto con pacientes adultos como pediátricos, ya que induce el sueño pero permite mantener la respiración espontánea del paciente", ha comentado el experto.
Además, prosigue, la sedación inhalatoria posee propiedades analgésicas y de relajación que permiten reducir el uso de otros medicamentos durante la intervención. Un hecho que, a su juicio, es clave porque facilita el despertar del paciente tras la cirugía, lo que incrementa de un modo "notable" la seguridad para el paciente a lo largo de todo el proceso.
En la aplicación de la anestesia intravenosa el paciente pierde la capacidad de respiración espontánea, lo que podría llegar a ser un problema grave en caso de que una intervención se complique.
LOS GASES NO LLEGAN A SER METABOLIZADOS
Por su parte, el jefe del servicio de Anestesiología y Reanimación del Hospital Universitario Sanitas La Moraleja, Roberto Ruíz Abascal, ha comentado que los gases inhalados no llegan a ser metabolizados, por lo que no dejan compuestos en el organismo que puedan dar lugar a efectos secundarios no deseados como la sensación de pesadez al despertar.
Asimismo, el hecho de que este tipo de anestesia no se metabolice asegura al paciente un despertar más rápido y, por tanto, menos permanencia en la sala de reanimación y una mayor seguridad durante todo el proceso clínico. Esto supone un alta más temprana, lo que permite al paciente volver a casa antes e iniciar su recuperación.
Otra de las ventajas de este tipo de anestesia es la reducción del riesgo de despertar intraoperatorio frente a otros métodos comúnmente empleados. Aunque la incidencia de este problema es baja, el paciente que sufre un despertar intraoperatorio padece unos niveles de estrés extremos, así como problemas físicos y psicológicos.
Finalmente, los expertos han comentado que con las características de su aplicación y la concentración empleada, el nivel de sueño del paciente puede medirse de forma "muy precisa" en tiempo real. Esto aumenta la seguridad de que el paciente está adecuadamente dormido a lo largo de todo el proceso quirúrgico.