MADRID, 16 Oct. (EUROPA PRESS) -
Las personas que tienen sobrepeso recortan su esperanza de vida en dos meses por cada kilogramo adicional de peso que llevan, según sugiere una investigación sobre los genes que sustentan la longevidad. Los autores también encontraron que la educación lleva a una vida más larga, con casi un año más por cada año que se estudió más allá de la escuela.
Otros hallazgos clave de este trabajo de científicos de la Universidad de Edimburgo, en Escocia, son que las personas que dejan de fumar, estudian durante más tiempo y están abiertas a nuevas experiencias pueden esperar vivir más tiempo. Los investigadores analizaron información genética de más de 600.000 personas junto con los registros de la vida de sus padres.
Debido a que las personas comparten la mitad de su información genética con cada uno de sus padres, el equipo pudo calcular el impacto de varios genes en la esperanza de vida. Las elecciones de estilo de vida están influenciadas en cierta medida por nuestro ADN: los genes, por ejemplo, se han relacionado con el aumento del consumo de alcohol y la adicción; por lo tanto, los investigadores pudieron determinar cuáles son los que tienen la mayor influencia en la duración de la vida.
FUMAR GENERA EL MAYOR RECORTE DE LA VIDA ÚTIL
Su método fue diseñado para descartar la posibilidad de que cualquier asociación observada pudiera ser causada por un factor separado y vinculado, lo que les permitió identificar exactamente qué factores de estilo de vida hacen que las personas vivan más tiempo, o tengan vidas más cortas. Encontraron que el hábito de fumar cigarrillos y los rasgos asociados con el cáncer de pulmón tuvieron el mayor impacto en acortar la vida útil.
Por ejemplo, fumar un paquete de cigarrillos por día durante toda la vida genera un promedio de siete años de vida menos, calcularon; pero los fumadores que dejan el hábito eventualmente pueden esperar vivir tanto como alguien que nunca ha fumado. La grasa corporal y otros factores relacionados con la diabetes también tienen una influencia negativa en la esperanza de vida.
El estudio, publicado en 'Nature Communications' y financiado por el 'Medical Research Council', también identificó dos nuevas diferencias de ADN que afectan a la vida útil. La primera, en un gen que afecta los niveles de colesterol en la sangre y reduce la vida útil en unos ocho meses; y la segunda, en un gen vinculado al sistema inmunológico, agrega alrededor de medio año a la esperanza de vida.
Los datos se obtuvieron de 25 estudios de población separados de Europa, Australia y América del Norte, incluido el Biobanco de Reino Unido, un importante estudio sobre el papel de la genética y el estilo de vida en la salud y la enfermedad.
El profesor Jim Wilson, del Instituto Usher de la Universidad de Edimburgo, afirma: "El poder de los grandes datos y la genética nos permite comparar el efecto de diferentes comportamientos y enfermedades en términos de meses y años de vida perdidos o ganados y distinguir entre simples asociaciones y efecto causal".
El doctor Peter Joshi, miembro del Chancellor en el Instituto Usher de la Universidad de Edimburgo, agrega: "Nuestro estudio ha estimado el efecto causal de las opciones de estilo de vida. Descubrimos que, en promedio, fumar un paquete al día reduce la vida útil siete años, mientras que perder un kilogramo de peso eleva la vida útil en dos meses".