LONDRES, 11 Oct. (Reuters/EP) -
Científicos de la Universidad de Aquisgrán (Alemania) han observado que los niños y adolescentes con diabetes tipo 1 tienen mejor controlados los niveles de azúcar en sangre y menos complicaciones cuando usan bombas de insulina, en comparación con cuando se la inyectan.
Así se desprende de los resultados de un estudio publicado en la revista 'Journal of the American Medical Association (JAMA)', que comparó la eficacia de ambos tratamientos para compensar el déficit de producción de insulina ya que, de lo contrario, tienen más riesgo de enfermedad cardiovascular y daño renal.
Los investigadores examinaron datos de 14.460 diabéticos menores de 20 años que usaron bombas de insulina y otros 16.460 pacientes que se inyectaron insulina. Todos llevaban más de un año con los tratamientos.
De este modo, vieron que con las bombas los pacientes eran menos propensos a tener bajos niveles de azúcar o acumular ácidos dañinos en sangre, algo que sucede cuando los niveles son demasiado altos.
"El estudio se suma a la creciente evidencia sobre los beneficios de la terapia con bomba de insulina en jóvenes, cuando se aplica adecuadamente", según ha destacado Roman Hovorka, uno de los autores de la investigación.
En concreto, se detectaron tasas de hipoglucemia del 9,55 por ciento de los niños tratados con bombas de insulina, en comparación con casi un 14 por ciento de los tratados con inyecciones.
MENOS RIESGO DE CETOACIDOSIS
Asimismo, las tasas de cetoacidosis, una acumulación de cuerpos cetónicos en sangre que puede resultar altamente perjudicial para la salud, era de un 3,64 por ciento al año en los pacientes tratados con bombras de insulina, en comparación con el 4,26 por ciento de los tratados con inyecciones.
El estudio también analizó una medida de azúcar en sangre conocida como hemoglobina glicosilada, que evalúa los niveles medios durante los últimos meses, y vieron que la hemoglobina glicada fue de 8,04 por ciento en los usuarios de bombas y un 8,22 por ciento en los que se inyectaron insulina.
El estudio, según reconocen los autores, no fue un experimento controlado diseñado para demostrar que las bombas de insulina son mejores que las inyecciones. Asimismo, consideran que otra limitación de la investigación es que no tienen datos del nivel de información de que disponían los participantes sobre el manejo de su enfermedad.
Precisamente se cree que cuando utilizan bombas de insulina los pacientes reciben más formación sobre su enfermedad, lo que podría explicar que con este tratamiento se consigan mejores resultados. Además, administran la insulina de forma más regular que las inyecciones.