MADRID 8 Jun. (EUROPA PRESS) -
El intervencionismo valvular estructural ha aumentado de forma exponencial en los últimos años, de hecho la prevalencia de las enfermedades de las válvulas del corazón aumenta con la edad; tanto es así, que cerca de una de cada ocho personas de 75 años o más padece alguna valvulopatía moderada o importante, según han señalado expertos con motivo del congreso anual de la Asociación de Cardiología Intervencionista de la Sociedad Española de Cardiología (ACI-SEC).
Como explica el doctor Lluís Asmarats, cardiólogo del Hospital de la Santa Creu y Sant Pau de Barcelona y ponente del congreso, la estenosis aórtica degenerativa es la enfermedad valvular que con mayor frecuencia requiere tratamiento quirúrgico o percutáneo en Europa, seguida de la insuficiencia mitral.
"La TAVI (implante valvular aórtico por vía percutánea) se ha establecido como el tratamiento de elección de la estenosis aórtica degenerativa a partir de los 75 años, aunque puede considerarse también en pacientes de alto riesgo quirúrgico independientemente de la edad", detalla el especialista en cardiología.
El principal beneficio del intervencionismo valvular radica en su naturaleza mínimamente invasiva. "Muchos de estos procedimientos se realizan con anestesia local y sedación, con cierre vascular percutáneo, lo que permite en muchos casos un alta precoz en 24 o 48 horas y, sin duda, una recuperación más rápida de los pacientes", explica Asmarats.
Además de la TAVI, que se ha convertido en el tratamiento de elección para los pacientes con estenosis aórtica de 75 o más años, destacan otros avances. En intervencionismo mitral, la reparación borde-borde ha demostrado reducir la mortalidad en pacientes con insuficiencia mitral funcional y se ha convertido en un elemento adicional en el manejo de los pacientes con insuficiencia cardiaca avanzada.
Asimismo, se han reportado los primeros casos de sustitución valvular mitral transfemoral (enteramente percutánea) con resultados muy prometedores. Y se ha despertado un interés creciente en el tratamiento transcatéter de la válvula tricúspide, enfermedad clásicamente infratratada por considerarse una entidad benigna y con resultados quirúrgicos desfavorables, con un amplio abanico de opciones percutáneas y resultados prometedores.
INTERVENCIONISMO ESTRUCTURAL NO VALVULAR
Por otro lado, el doctor Luis Nombela, cardiólogo del Hospital Clínico San Carlos, repasará las novedades en intervencionismo estructural no valvular. "En este campo, la estrategia terapéutica que más se ha desarrollado ha sido el cierre percutáneo de la orejuela izquierda porque han aparecido nuevos avances técnicos y nuevos dispositivos que nos han permitido ser más eficaces en cuanto al porcentaje de pacientes a los que se les puede realizar este procedimiento y, sobre todo, disminuir el número de complicaciones y obtener un mejor resultado sin dejar fugas", explica el cardiólogo.
El cierre percutáneo de la orejuela izquierda se realiza fundamentalmente en pacientes de edad avanzada que tienen fibrilación auricular, la arritmia más prevalente en la población general, y problemas de hemorragias. Se trata de una alternativa terapéutica a la anticoagulación oral para prevenir ictus en pacientes que presentan problemas al tomar fármacos anticoagulantes.
Para el doctor Nombela, el principal reto en este campo va a ser "ampliar las indicaciones a pacientes que no han tenido sangrados previos o con riesgo hemorrágico no tan alto". En el campo del intervencionismo estructural no valvular, el especialista en cardiología también destaca el avance del intervencionismo en el tromboembolismo pulmonar.
"Hay nuevos dispositivos que permiten ser más eficaces a la hora de extraer trombos del árbol vascular pulmonar y en los próximos años probablemente haya estudios piloto para demostrar las ventajas de estos dispositivos", añade.