MADRID 7 Jul. (EDIZIONES) -
Las personas con cáncer son pacientes de riesgo frente al COVID-19. Aunque desde la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM) mantienen que hay muy pocos datos sobre la infección en estos pacientes, sí reconoce que lo que se sabe hasta ahora sugiere un mayor riesgo de complicaciones en estos casos, sobre todo si han recibido quimioterapia o se han realizado cirugías oncológicas en el mes previo a contraer la infección.
En una entrevista con Infosalus, el doctor Enrique Grande, jefe del Servicio de Oncología Médica de MD Anderson Cancer Center Madrid, subraya que las personas con cáncer son pacientes de "muy alto riesgo" a la hora de padecer la enfermedad provocada por el nuevo coronavirus, la COVID-19, y es que presentan un riesgo doble.
El primero está asociado a su propia enfermedad oncológica, según apunta este experto, ya que los tumores avanzados se cree que están afectando a la función normal del sistema inmune, deteriorando su estado general, y por tanto presentando estos pacientes más riesgo de padecer la enfermedad, porque el cuerpo dedica sus esfuerzos a atacar al tumor, más que en hacer frente a las infecciones.
En segundo lugar existiría ese doble riesgo en este caso frente al COVID porque, según menciona el doctor, los propios tratamientos que se les administran a los pacientes les provocan una bajada de defensas. Son pacientes inmunosuprimidos.
Por otro lado, desde la SEOM recuerdan que, aunque cada esquema de tratamiento tiene un riesgo distinto de inmunosupresión, las quimioterapias, sobre todo cuando se usan en combinación, son las que se asocian con un mayor riesgo. "Entre los tratamientos de diana, los inhibidores de ciclinas, utilizados en cáncer de mama avanzado, también se asocian con un riesgo significativo de inmunosupresión, aunque ésta suele ser de menor duración que con la quimioterapia", menciona.
Otros tratamientos orales pueden implicar un cierto grado de inmunosupresión, como es el caso del 'everolimus', según afirma, al tiempo que sostiene que "en todos los casos, ha de hacerse una evaluación individualizada de los riesgos y los beneficios, ajustada a cada paciente".
El responsable del MD Anderson Cancer Center subraya aquí que es la quimioterapia la que sobre todo se caracteriza por inmunosuprimir al paciente al atacar a las células que producen las defensas, las plaquetas y la hemoglobina, favoreciendo así el desarrollo de infecciones, y sobre frente a virus. En el caso de la radioterapia afecta a los huesos, donde se localiza la médula ósea, que es la fábrica de estas e impactaría también en el número de infecciones, según concreta.
Por otro lado, este experto indica que los servicios de Oncología médica se han visto obligados a pasar por diferentes fases a lo largo de la pandemia. En una inicial, y cree que motivado fundamentalmente por el desconocimiento y la alta tasa de mortalidad en los pacientes oncológicos, se fue muy precavido en el inicio de los tratamientos, y sólo se desarrollaron aquellos que fuesen curativos o bien totalmente inevitables o ineludibles en un espacio corto de tiempo.
Después, el doctor Grande sostiene que tras conocer más la agresividad del virus, y cómo tratar a los pacientes oncológicos contagiados por COVID, se empezaron a reactivar más tratamientos. "Todo esto agravado con que el 40% de los pacientes oncológicos se contagiaban de coronavirus en el hospital, algo que hizo que evitásemos al máximo que los pacientes acudiesen a los hospitales", apostilla el oncólogo.
EN QUÉ PUNTO NOS ENCONTRAMOS
De esta forma, durante la pandemia se ha producido, igual que en otras especialidades, un retraso en la administración de numerosos tratamientos. No obstante, ya nos encontramos en la tercera etapa, según remarca el especialista del MD Anderson Cancer Center, donde se conoce más al virus y cómo se transmite.
También se han establecido espacios libres de COVID en los centros hospitalarios, a la vez que se han implementado los métodos barrera frente a una posible infección (geles hidroalcohólicos, mascarillas, entre otros), con lo que se va a normalizar la administración de estos tratamientos oncológicos, como son la inmunoterapia, las terapias dirigidas que la mayor parte son orales, así como la quimioterapia y la radioterapia.
Aparte, el doctor señala que durante esta pandemia hay muchos pacientes a los que se les han ofrecido alternativas en el tratamiento, para evitar esos fármacos que deprimen el sistema inmune, y se ha optado por otras vías como la inmunoterapia o las terapias dirigidas, "tratamientos más novedosos", que inmunosuprimen al paciente en menor medida, y por tanto ofreciendo un menor riesgo frente a la infección por COVID-19, aparte de que se disminuyen el número de veces que el paciente debe acudir al hospital con estos tratamientos frente, por ejemplo, a la quimioterapia tradicional.
Según defiende el jefe del Servicio de Oncología Médica de MD Anderson Cancer Center Madrid, esta pandemia de COVID ha ofrecido la oportunidad de replantear y optimizar numerosos tratamientos en curso, por ejemplo con sistemas de envío a domicilio de medicamentos, o la telemedicina en muchos casos, facilitando así que disminuyan los flujos de pacientes dentro del hospital.
LA IMPORTANCIA DE ACTUAR A TIEMPO
Aunque el doctor Grande defiende que siempre hay que individualizar cada caso, sí resalta que, a nivel general, en Oncología cuanto más se retrasa el tratamiento hay menos posibilidades de que el paciente responda bien ante el mismo.
"Por ello hay que valorar cada situación. Al principio de la pandemia el riesgo de COVID era mayor y por eso se retrasaron mucho los tratamientos. Pero ahora que somos conscientes de que vamos a tener que convivir durante un tiempo prolongado con el virus, se están empezando los tratamientos necesarios y cuanto antes mejor, porque se ve que retrasarlos puede estar impactando en el pronóstico de estos pacientes", considera este especialista.
Es más, vaticina que "el mayor drama sanitario desde el punto de vista oncológico esta por venir", en 3-4 meses llegará, ante la enorme lista de espera que hay en la atención primaria, donde por ejemplo habrá personas que pueden tener un bulto que no les molesta y creen que pueden esperar, o bien molestias al orinar o una mancha en la piel que pueden suponer un cáncer sin ellos saberlo, pero como hay COVID los pacientes prefieren esperar a que mejore la situación.